Desde que Julio llegó de emergencia al hospital, los doctores acudieron a él de un momento a otro, casi sin preguntar nada, solo encargándose del pequeño y era momento en que no le decían nada claramente.—Por favor, salven a mi hijo, díganme qué es lo que tiene. —Dijo Julio realmente preocupado al doctor que ya había ido más de tres veces con él.Si su hijo se iba de este mundo, él no iba a ser capaz de sobrevivir después de todo lo que había hecho. Su hijo era lo único que lo mantenía sujeto a la vida. Su hijo y nadie más porque sabía que después de todo eso, iba a ser casi imposible que él pudiera vivir con aquel demonio de su madre. Prefería estar muerto antes que vivir con ella por el resto de su vida.— ¿Qué tiene mi hijo? ¡Mi hijo, sálvenlo!Los doctores no parecían tener la intención de hablar con Julio, solo parecían comunicarse entre ellos y ya, no había más.Llevándose las manos a la cabeza, Julio se sentó en la banca de espera por incontable vez. Estaba llorando, no p
El tiempo pasó a ser parte de un todo, los días, las decisiones tomadas, los sentimientos que bullían, la mirada que Willy ahora le entregaba a la mujer que poco a poco se reponía. Días que no pasaron en vano para aquellos que seguían jugando con fuego en un infierno que ya no sería de ellos.—Lo siento mucho, señor pero será mejor que mantenga a su hijo fuera de donde los problemas de los padres puedan afectarle, su corazón es muy débil y una operación a corazón abierto le haría mucho daño, no tenemos la certeza de que estará bien, de que vivirá. Su corazón es frágil, no lo deje a la deriva —dijo el doctor a Julio después de días de tantas pruebas para que al final le dijeran que el corazón del pequeño niño no era tan sano como todos quisieron pensar en un momento dado.¿Qué había de aquella que había abierto el infierno? ¿Era cierto que en verdad su hijo no le importaba? Había madres que hacían el mal porque eso era lo que su corazón dictaba pero nunca dejando de amar a sus h
Todo estaba dicho. Teresa había tomado una decisión, Emilia seguía moviéndose en sus nuevos negocios, mientras por fin podía sentirse libre. Pero, ¿qué había de Julio?En la mente de Julio se había quedado claramente la manera en la que su madre Emilia había solo dado su adiós, sin importarle nada.—Creo que la hora de irnos ha llegado —, dijo Julio al ver a Emilia en la sala de espera bebiendo como siempre lo hacía.Todo lo que sus ojos podían ver era a un demonio.—Mi hijo y yo estaremos viviendo en Suecia por un tiempo, si las cosas van bien no habrá necesidad de buscar suerte en ningún otro lado. Madre, si algún día sientes que necesitas de tu hijo o de tu nieto, no dudes que estaremos ahí para escucharte.Emilia sonriendo los volteó a ver. — ¿Estás seguro que serás capaz de cuidar de tu hijo cuando no pudiste cuidar de ti mientras yo te lo daba todo?Julio se puso nervioso. No quería que su hijo escuchara más de lo que debía aunque todavía fuera un bebé. —Lo mejor será que y
En un país muy diferente estaba aquella otra mujer que había perdido noción del tiempo por cada vez que se sentía más cerca del corazón de una persona que no pensó que pudiera amar después de tanto tiempo. Fue de esa manera en que ella logró enamorarse una primera vez de un hombre que lo tenía todo, incluido el poder. Se habían casado, importaba más importaba menos si era por un contrato, habían estado juntos noches enteras, Willy ya no iba a ser el mismo después de tanto que ella le ofrecía. Un amor que no pensó que podía encontrar en ella ni en ninguna otra mujer.Aunque no todo podía ser perfecto había cosas que él seguía ocultando de ella. Sin prisa alguna las puertas de ese lugar se abrieron de par en par, una mujer de tacones altos, un vestido color azul que no era pegado a su cuerpo pero la hacía ver más bella de lo que ya era entró primeramente.Tan pronto como los hombres ahí reunidos se dieron cuenta de su presencia, ellos se levantaron para recibirla mientras ella se quit
Diez años se habían ido de la misma manera. Era fácil decirlo, diez años que no hacían más que el conteo de una vida entera. ¿Qué podíamos decir de Emilia? La misma mujer que había conquistado tanto territorio alrededor del mundo con tan increíbles negocios. Y si antes se le podía describir como una mujer que no sentía nada, que no tenía sentimientos, que la vida no era más que la oportunidad de venir y aplastar y pasar por encima de quien ella quisiera, ahora podíamos decir que el tiempo solo se había encargado de convertirla en una mujer despiadada. Una mujer que pasaba y cortaba cabezas sin importar nada más.Habiendo disfrutado de aquella noche como casi siempre lo hacía en las manos de aquel hombre que había conocido en su camino, Emilia se recargó en la cabecera de la cama mientras cubría su pecho con la sábanas blanca de la cama. Una sonrisa estaba en su rostro pero no del tipo de sonrisa que daría una mujer que es plenamente feliz sino una mujer que simplemente se sentía compl
Y quizá lo mismo para Willy, que nunca había tenido aquella cercanía con Luna a pesar del tiempo y de los años que llevaba de conocerla, era cierto que recordaba la manera en la que ella siempre intentó acercarse cuando algo no estaba bien en él cuando se sentía triste, era como si ella pudiera saberlo o lo pudiera ver, simplemente en su rostro pero ahora que él había crecido y que se había hecho un hombre muy importante en aquellos negocios todo lo que podía hacer era pensar en aquellos momentos que perdió y que no le quiso dar oportunidad a Luna para que entraran en su vida como una amiga más, es que ese era el tipo de vida que él tenía que llevar, una vida tranquila, una vida en la que nadie se metiera para que no pudiera hacer más daño del que él se estaba haciendo. Si tan solo Willy se hubiera dado cuenta que él no era el único despertado pues de un momento a otro sintió extrañar mucho a su hijo, tanto que no pudo dormir en tan solo ese minuto que fue en el mismo que Willy se l
Una mañana nueva que llegaba para ellos llena de oportunidades, donde los mejores negocios y los mejores compromisos entre territorios estaban a punto de hacerse, Teresa siempre fue buena en eso, o al menos eso demostró cuando Willy y todos sus hombres le empezaron a dar la oportunidad, no había nada de lo que pudiera preocuparse Luna pero por el otro lado estaba que Teresa así como era de fuerte también podía ser débil, ya sabía Luna lo que ella estaba sintiendo por ese hombre y sabía lo que Willy estaba sintiendo por ella, eso podía ser tan peligroso aunque no pareciera de esa manera había cosas ahí, cosas en su futuro que aunque ellos no lo vieran en ese momento los iban a terminar afectando.El último compromiso entre las empresas y las personas que gobernaban en ellos estaba a punto de hacerse, fue Teresa la que se encargó de todo junto con Luna, la verdad es que Willy había perdido un poco de poder sobre los negocios rusos.Teresa ya tenía todo su plan bien definido ella pronto
En ese momento sonrío mientras la saludaba con un ademán, ella se acercó de igual manera con una sonrisa, ahora la que estaba nerviosa era ella, ni siquiera sabía cómo empezar a decir todo eso que le aquejaba y por lo que iba a empezar a una nueva vida.Poco a poco y siendo silenciosa hasta con sus movimientos, se sentó frente a Rachel y esperó, la verdad es que no sabía qué era lo que estaba esperando si su saludo o algo más.—Mercedes, es bueno verte después de tanto tiempo.Mercedes sonrió al momento que bajaba un poco la mirada, no era eso de lo que quería hablar, había algo más. —Sí, la verdad es que yo también creí que nunca nos volveríamos a ver.Richard le dedicó una pequeña mirada y después la bajó. Sonrió, lo que jamás iba a entender es que, ¿por qué sí Mercedes había cambiado de esa manera y nunca se lo dijo?La verdad es que no sabía mucho de cuánto había cambiado su vida, simplemente sabía lo que ella le había dejado saber.—Pero…—Pero —, los dos dijeron casi al mismo t