32. LECTURA
He pasado toda la tarde leyendo. Me gusta como ha seguido la historia, y aunque hasta ahora no he encontrado aún ninguna de las respuestas a las múltiples preguntas que tengo alojadas en mi cabeza, no me he apresurado. Ya irán apareciendo, me digo. Por lo pronto me entretengo en ver cómo les va a ellos por ese nuevo mundo. Me tiene con apretazón en el pecho que la pobre Constanza no pueda tener un hijos como tanto anhela. Sigo leyendo el diario de cada uno del mismo día.… Constanza, después de saber que la bebida no le hacía nada a su esposo, volvió a su casa feliz de ello, dándole de beber a Don Lorenzo, el brebaje cada vez que lo solicitaba. Como había aprendido a hacerlo, y las yerbas y raíces abundaban por la zona, preparaba una gran cantidad de él. Ella se había dado cuenta desde que lo hacía, ya no se sentía tan cansada ni falta de apetito. Además, tanto a ella como a su esposo se le había aumentado el deseo sexual, y disfrutaban del mismo ya fuera de día o de noche, no pod
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