El cazador Seth me observaba con una mezcla de sentimientos en su mirada, era frío, pero ahora dejaba ver mucho solo con sus ojos. Era tan dulce conmigo, que verlo así de hostil era aterrador para mí. El me estaba viendo como a una presa, a alguien que tenía que detener.—Has lastimado a una de los nuestros. —dijo él, con la voz pausada. Trataba de no dejarse llevar por la ira.—No es nadie para mí. —contesté con frialdad, mirando a mi esposo con los ojos llenos de ira.Mi sed de venganza se intensificaba a medida que él hablaba, él tendría que ponerse de mi lado, sabía cuanto había sufrido. Ella era una embustera, una manipuladora cruel que solo quería robarme lo que era mío.Si tanto quería robarme a Seth, yo ya no lo quería a mi lado.—Adiós, Seth. —le dije, con mi voz firme, mirándolo directamente a los ojos.—De que hablas, estás volviéndote loca… Joder Lysa, no te reconozco.—Es porque jamás me has conocido.—Yo te amo… Se quien eres, eres mi Omega bella…—No lo soy, no quiero s
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