Desperté con un dolor de cabeza terrible, tenía el cuerpo adormecido y sin fuerza. Traté de ponerme de pie, pero volví a quedarme dormida por mi falta de fuerzas. Soñaba cosas extrañas, tenía visiones de personas a las cuales no conocía.El sol se filtro por la ventana y abrí los ojos, para notar que la hora había pasado. Estaba cerca del mediodía. Miré a mi alrededor, estaba en mi cuarto, en el edificio de mi hermano. No sentía nada fuera de lo habitual.Solo tenía un extraño hormigueo en el pecho, como si alguna cosa tratara de salir de mí. Sin embargo, cuando escuché que alguien abría la puerta, sonreí, aliviada de haber dejado de dormir y tener esos sueños tan confusos.—¿Ya te despertaste, hermana? Mamá quiso que viniera a ver si estabas bien. —dijo Goth, con una bandeja con mi desayuno.Traté de pensar un poco, pero actué con normalidad. En realidad, solo había tenido malos sueños.—Tuve algunas pesadillas, supongo. —dije, frotando mis ojos. —Gracias, Goth.—Este enfrentamiento
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