(Seth) El aire húmedo y enrarecido llena mis pulmones mientras avanzo por los oscuros pasillos de la mazmorra. Mis pasos resuenan en las paredes de piedra gastada, creando un eco siniestro que parece burlarse de mi presencia. Cada paso que doy es un recordatorio de la incertidumbre que rodea esta lúgubre aventura.La tenue luz de una antorcha parpadea frente a mí, proyectando sombras danzantes sobre las paredes llenas de musgo. Los destellos de la llama revelan el deterioro de la estructura: grietas en el techo, piedras desprendidas en el suelo y murales desgastados que cuentan historias olvidadas. Estos murales, una vez espléndidos, ahora se desvanecen en la oscuridad, como si la mazmorra misma hubiera absorbido su vitalidad.Cautelosamente, avanzo por el corredor, mi mano derecha aferrando firmemente la empuñadura de mi espada mientras mi otra mano sostiene la antorcha. El sonido de gotas de agua goteando desde el techo me hace estremecer. Cada goteo parece ser el latido de un cora
(Lysa)La noche estaba fresca, era de mis favoritas y pensé en lo lindo que sería cenar a la luz de las estrellas. Mis cachorros estaban exhaustos y habían cenado más temprano, de tanto entrenamiento tenían un hambre voraz y también un sueño muy grande.—Es una bonita noche, ¿Verdad? —preguntó Goth, mirándome y caminando hacia donde yo estaba. —Puedo invitarte a cenar si quieres, yo tampoco tengo compañía.Sonreí, mi hermano era una las compañías más apreciadas para mí.—Genial. —asentí,El hizo una mueca, entrecerrando los ojos con suspicacia. Luego, se puso solemne. Se acercó a mí y me miró con severidad.—Hay algo de lo que tenemos que hablar. Pero no solo nosotros dos, hay alguien que tiene algo muy importante para decirte. —dijo él, al tiempo en que me sujetaba el hombro con amabilidad. —Pero no te preocupes, ahora, ve a vestirte para la cena.—Me parece bien. Estaré aquí pronto, pero no me hagas esperar mucho, odio esa clase de intrigas. —puso los ojos en blanco.Me retiré a mi
En la mesa, nadie decía ni una sola palabra. Lysa estaba conmocionada, pálida, incluso había perdido por completo el apetito a pesar de que en la mesa había muchos platillos deliciosos. Su estomago se cerró. No comprendía nada en lo absoluto de lo que su madre acababa de decir. Su hermano también estaba boquiabierto. Era algo que jamás hubieran pensado. La madre acababa de revelar aquel secreto devastador. Los dos no eran hermanos de sangre, Lysa había sido adoptada de esos lobos con poderes extraños. Por ello había sido un caso excepcional en el mundo licántropo, ella era especial.Lysa se levantó de la silla, con una mezcla de rabia y miedo.—¿Qué estás diciendo? —preguntó, con impaciencia. —Esto no puede ser verdad. ¿Por qué lo dirías recién ahora? Joder, joder… Mamá…Lysa tartamudeaba por los nervios. En el fondo, sabía que era cierto. Ella siempre había sido tan diferente de sus hermanos, tan débil en comparación. Aunque los recuerdos vividos con Seth fueron borrados, ella compre
Seth—¿A que te refieres? —comencé a preguntar nuevamente, incrédulo por lo que terminaba de oír. Era un mal chiste, un juego del destino.—Que la pobre Lysa solo ha sido engañada una y otra vez. —la sonrisa me hizo enfurecer. —Por ti y por Goth. Oh, la chica está en un enredo muy apretado. Uf, no quisiera estar en esa…Azoté una de las paredes por el enojo. No podía controlarme, realmente estaba diciendo estas cosas. Entonces, Goth había manipulado todo. Los cachorros… No comprendía absolutamente nada de lo que pasaba.Billy amenazó a la bruja para que siguiera hablando. Ella era fuerte, pero no resistió lo suficiente. Volvió a reírse, cuanto odiaba su espantosa risa.—Esos cachorros son tus hijos de sangre. Por eso, siempre estarán conectados. —la bruja escupió a un lado con desdén. —No eres un buen padre. Lo sabes. ¿No? No quedan buenos hombres en el mundo. Todos son unos cretinos como tu y ese tonto que te persigue allí. —señaló a Billy.En su rostro se leía la falta de empatía. E
Seth comenzó a planear la batalla, porque había tanto por hacer. Era una locura tener que salir ahora mismo a la guerra. Pero no era instantáneo, él sabía que quizás tardaría meses en llevar a cabo el plan de ataque.Seth tomó la decisión de lanzar un ataque sorpresa contra las fuerzas de Goth antes de que la verdad se propagara entre los Omegas y la situación se volviera aún más caótica. Era una decisión audaz y arriesgada, pero parecía ser la única opción que tenían para mantener su causa viva.Billy asintió, comprendiendo la urgencia de la situación. La bruja, aunque herida y debilitada, seguía sonriendo con desdén mientras cantaba sus oscuras canciones. Su conocimiento era peligroso, y Seth sabía que no podían permitir que eso cayera en manos de sus enemigos.Seth se acercó a la bruja y la miró fijamente. A pesar de la rabia que sentía hacia ella, sabía que necesitaba más información antes de llevar a cabo su plan.—Dime, bruja, ¿cómo podemos debilitar a Goth? ¿Cuáles son sus punt
LysaSentía como su mundo se había desmoronado. Ella siempre creyó ser una oveja negra en su familia. Que nadie la entendía, que su naturaleza era diferente a la del resto de los lobos.—Es raro sentir que no soy tu hermano. —dijo Goth, sonriendo, levantando los hombros hacia arriba.Ella hizo una mueca de resignación.—Es toda una locura. —miró hacia el suelo, clavo la vista en el pavimento.Desde adentro, Luvioc llamó a su madre, como atemorizado por el escándalo que acontecía. Ella respondió, yendo rápidamente para asistir a sus hijos.Goth quedó con su madre a solas en la terraza.—Veo que no te gusta que baile con Lysa. —dijo él, cambiando el tono de voz.Su tono, antes animado y amable, se había tornado frío y oscuro. La música se había agotado, se cortó luego de haberlos hecho bailar por horas. Ella se sentía segura en sus brazos, como hacía ya mucho tiempo atrás. Tenía color en sus mejillas, como si siempre hubiera sabido que la vida no era tan simple como todos creían.Su mad
Lysa estaba en la habitación cuando su hermano ingresó para jugar con sus sobrinos. Aunque no eran sus sobrinos, ahora conocía la verdad sobre su origen de sangre. Era algo confuso y todavía no lo asimilaba bien.—¿Cómo están? —preguntó Goth, mirando a Luvioc.El estaba jugando como si fuera un niño, aunque se veía como de catorce años o más. Los cachorros de Lysa crecían de un modo casi antinatural. Era la consecuencia de que fueran hijos de una loba indigo y un cazador. Pero ella no sabía eso, para Lysa, solo había tenido un romance fallido que le dejó embarazada.—No tengo sueño. —dijo Luvioc, casi tartamudeando.Su madre se dio cuenta de que algo le sucedía.—¿Qué pasa, hijo? —preguntó Lysa, con su instinto maternal en alerta. Sonrió con amabilidad.—Es que temo que la guerra venga ya. —Luvioc miró al suelo, con los ojos clavados en las baldosas del dormitorio.Lysa vio que la misma preocupación estaba en los ojos de todos los cachorros allí. Tenían una sensación de temor crecient
El campamento de viaje de Seth era breve, dormían muy poco, con la concentración fija en la sangre que debían derramar.—Es el primer objetivo. ¿No estás nervioso? —preguntó Billy, con las manos en los bolsillos.Tenía un caminar algo relajado. En ese campamento, habían avanzado bastante y se acercaban a su primer objetivo. Era una pandilla de lobos que le servían a Goth. Esta era información confidencial. Si atacaban allí, estarían más cerca de la manada principal.El camino sería corto si no descansaban demasiado. Era un golpe que había que dar para desestabilizar a Goth. El aliado del alfa que comandaba la pandilla tenía el nombre de Rak.Seth estaba a punto de responderle, cuando uno de los omegas transformados llegó corriendo hacia ellos.—Ha sucedido una desgracia. —dijo él, con los ojos llenos de lágrimas.Ambos cazadores se alertaron ante los dichos del lobo, corriendo hacia el lugar donde el hecho había ocurrido. El prado parecía solitario, el riachuelo pasaba bordeando la ti