Samuel podía sentir el cálido aliento de Raquel que solo lo observaba sintiéndose realmente incómoda.—Sé que podemos empezar desde cero, si aún existe algo dentro de nosotros y por mi parte aún está ese amor que nació con tu hermosa presencia en mi vida.Raquel sonrió sin creer lo que escuchaba.Raquel trató una vez más de liberarse del agarre de Samuel, pero una vez más fue inútil.—Samuel, hablo en serio, ya dejemos esto así como está, no quiero continuar con esto.—¡No!, no puedo creer que todo el amor que sentí que tenías hacia mí se haya esfumado.—Cuando no te aprecian y te hieren, así pasa, el amor se esfuma.—¿Te deshiciste de los anillos?La pregunta le pareció tan extraña a Raquel, pero mantuvo su seriedad.—Sí.—No es cierto, sé que mientes, después de muchos años aún reconozco cuando mientes: si yo no lo hice por varios años, menos lo harás tú, no te desharás de algo que fue tan preciado para ti.Samuel abrazó finalmente Raquel y ella no movió ni un solo músculo de su cue
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