Empuñé mi mano derecha recogiendo un poco de la tela del vestido. En sus ojos negros estaba yo y era como si no se tratara de la realidad, es decir, cuando él y yo terminamos esa tormentosa relación y me fui, hubo días en los que imaginaba encontrarme con él, pero ahora era tan inesperado, siempre pensé que tendría muchas cosas que decir si ese día llegaba, pero el silencio hacía evidente que me había equivocado. —Raquel, yo... Samuel por fin pronunció, pero rápidamente detuvo sus palabras cuando Raquel levanto su mano para hacerlo silenciar. —No. Soltó Raquel. Haciendo que él exhalara profundamente por la respuesta tan firme que ella soltó. Era como si no hubiera pasado un solo día desde que lo vi por última vez, no había cambiado nada, seguía luciendo realmente atractivo, su altura, su cabello, inclusive su aroma. Mis piernas estaban a punto de fallarme, pero sentí la tibia mano de Sara y en ese momento por fin aparté mi vista de los ojos de Samuel. —Es hora de que nos vayam
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