Raquel al ver la puerta de su departamento giró para ver a Alexander quien tomaba su mano.—Bueno, ya llegamos.Raquel se sonrojó un poco.Era muy extraña la sensación de estar en ese contexto con él, no era algo desagradable, solo que no podía evitar sentirme nerviosa y apenada, algo que no es común en mí desde hacía mucho tiempo.—Entonces nos vemos mañana.Él soltó con una pequeña sonría al ver las mejillas de Raquel que se pintaban de rosa.—Sí.Alexander se acercó a Raquel y besó su mejilla haciendo que Raquel sonriera por la ternura del chico, Alexander se alejó levemente de Raquel, pero Raquel besó sus labios antes de que se alejara completamente.—Buenas noches.Ella soltó después de separar sus labios de los de Alexander.—Buenas noches.Alexander sonrió y se alejó un poco de Raquel, pero ella lo detuvo sujetándolo.—Antes de que te vayas, quiero hablar de nosotros.El rostro preocupado de Alexander se hizo presente.—¿Te estás arrepintiendo?Preguntó temeroso.Raquel negó su
Alexander Abrazaba por la cintura a Raquel mientras ella tenía sus brazos rodeando su cuello, los besos entre ellos eran dulces y tiernos. Raquel disfrutaba la sensación de los labios de Alexander y el dulce sabor de él.Habíamos pasado un par de noches así después de la cita tan vergonzosa que pasamos, aunque debo admitir que después de eso pude desenvolverme más con él y dejar un poco la vergüenza atrás. Desde la primera cita apenas si habíamos salido, ya que había tenido mucho trabajo y no lográbamos ajustarnos a nuestros horarios. Alexander apretó sutilmente a Raquel contra su cuerpo, haciendo que Raquel abriera sus ojos y sonriera entendiendo el mensaje, algo que ella también quería y deseaba. Raquel besó suavemente a Alexander y al finalizar el beso mordió sutilmente el labio inferior de Alexander, que ante esta acción de Raquel solo sonrió.—No hagas eso.Susurró Alexander.—¿Por qué?—Por qué si continúas no podre parar.—¿Si sigo haciendo esto?Raquel se acercó nuevamente a
Raquel recargó su cabeza sobre la palma de su mano mientras su codo estaba sobre la mesa.—¿Qué tanto piensas?Preguntó Sara al ver a Raquel un poco pensativa.—Me preguntaba si la vida en verdad te da señales para no hacer las cosas o solo es casualidad.Sara no entendía lo que Raquel decía.—Explícate mejor.Raquel sabía que no podía decirle sobre la relación con Alexander, consideraba a Sara su mejor amiga, pero no se sentía aún segura para contarle que estaba saliendo con Alexander, con su empleado y el chico más dulce que había conocido.—Vi una película y me quedé pensando sobre eso.—¿Qué viste en la película?—Los dos querían estar juntos, pero no se presentaba la oportunidad.Puede ser que la vida te da señales para evitar equivocarte.Sara observó a Raquel un poco pensativa mientras decía lo anterior.—¿Tú qué piensas?—Me hizo recordar a Samuel.Sara se extrañó que Raquel mencionara a Samuel, ya que no lo había hecho hacía mucho tiempo.— Es decir, si yo hubiera tomado aten
Raquel miraba fijamente a Alexander, ambos se encontraban recostados uno frente al otro solo mirándose, el sonido de la lluvia solo era lo único presente entre ellos. Alexander dirigió su mano hacia el rostro de Raquel y acarició sus mejillas para luego dirigirse a sus labios suaves haciendo que Raquel sonriera.—¿Nos damos una ducha?Preguntó Raquel mientras sentía el delicado tacto de Alexander.—¿Juntos?Raquel asintió.—No puedo rechazar tan perfecta oferta.Raquel sonrió aún más.Alexander se levantó de la cama y se cubrió con la toalla.—¿Me pasarías una para mí?Preguntó Raquel mientras se cubría con la sábana de su cama.—Ten, toma esta.Alexander se despojó de la toalla y se la ofreció a Raquel, que ya se encontraba sonrojada.—Me mirarás de todos modos al ducharnos, así que, toma.Raquel tomó la toalla y se cubrió con esta, admiró a Alexander cuando caminaba hacia el baño y observó la toalla que traía ya sobre ella."Soy una adulta, soy una adulta, no debería darme. Vergüenz
El tiempo en ocasiones puede ser una condena porque puede transcurrir demasiado lento y de manera agónica, pero en mi caso sentía que transcurría rápidamente y estaba en una época en mi vida donde todo era felicidad. Había pasado 8 meses desde que Alex y yo comenzamos nuestro noviazgo y como dije estaba en una burbuja de felicidad. Disfrutaba las noches que pasaba con él, el hacer el amor, cuando mirábamos una película o cenábamos mientras hablábamos por horas, incluso nuestros ligeros desacuerdos los disfrutaba. Muchas noches la pasábamos en mi departamento y muchas en la de él y había días en los que no nos mirábamos y el extrañarlo también era algo que disfrutaba porque sabía que todo ese tiempo de añoranza sería recompensado por calidez y amor.Nuestra relación avanzó como cualquier otra relación normal, aunque realmente no era tan normal como quisiese, fingir no ser nada en la oficina por meses era en ocasiones tarea difícil, porque no podía evitar querer besar sus labios por la
Raquel sonrió al ver la mochila negra que colgaba en el respaldo de Alexander, esto le recordaba toda la época decembrina que apenas había pasado y que había disfrutado junto con Alexander, desde colocar el árbol navideño, hasta la pequeña cena que compartió con él.Realmente no sabía que obsequiarle a Alex, así que recordé lo que le gustan las mochilas, así que ese fue mi regalo, pensé que no era suficiente, pero su sonrisa me hizo darme cuenta de que tenía a un gran hombre junto a mí, a alguien que como yo disfrutaba de los pequeños detalles que venían del corazón.—Entonces ya quedamos en que vamos a ir a celebrar el cumpleaños de Raquel hoy ¿verdead?Alexander observó detenidamente a Aurora.—Sí. Hoy iremos.Respondió Alexander.—¡Genial!... Necesito despejar mi mente de tanto trabajo.Raquel recargó su espalda en el respaldo de su silla y cruzó sus brazos.—Al contrario, yo solo quería descansar.Resopló Raquel.Al terminar el trabajo, Alexander junto con Aurora, Sara y Raquel se
Alexander se sintió extraño al ver como Raquel se encontraba algo pensativa y sobre todo había desviado la pregunta de Aurora de lo que había pasado anoche anterior. Al ver como Raquel salía de la oficina pensó que debía inventarse un pretexto para poder saber qué pasaba con Raquel, pero no fue necesario al recibir una llamada que requería que saliera.Me sentía aún abrumada por lo de la noche anterior, en verdad había pensado que nunca más lo vería en mi vida y para ser sincera su presencia me descompuso un poco, mi mente estaba un poco desordenada cuando entro Alex al la pequeña sala de descanso y se acercó a mí.—¿Te sientes bien?Preguntó Alexander acercándose a Raquel.—Sí, todo está bien.Raquel se acercó a Alexander y al abrazarlo fuertemente hundió su oído derecho en su pecho, buscando relajarse con el suave sonido del corazón de Alexander.Alex fue paciente al estar en silencio por esos minutos que necesitaba de ese silencio.Raquel se separó finalmente del cuerpo de Alexande
El sonido insistente del celular colocado en el buro hizo que Raquel apenas abriera sus ojos colocando su vista en el techo de su habitación, giró su vista hacia donde provenía la llamada molesta que no dejaba que continuara con su plácido sueño, levantó un poco el celular para ver en la pantalla el nombre de Sara, con algo de pereza contestó la llamada y puso sobre su mejilla el celular y cerró nuevamente sus ojos.—¿Qué?Solo dijo con mucha pereza.— ¡No puede ser! Lo olvidaste, ya lo sospechaba, ¡tú siempre eres igual!—¿Qué quieres estoy durmiendo?—Recuerda ayer te dije que teníamos una cita, contigo no se puede, por eso decidimos con Aurora ir por ti. Llegamos en 10 minutos.—Ok.Soltó Raquel antes de colgar y colocar nuevamente el celular sobre el buró y continuar durmiendo.—10 minutos.Susurró Raquel repitiendo lo último que había escuchado de Sara.—¡Carajo, 10 minutos!Raquel se sobresaltó y al levantar su torso de la cama alboroto su cabello para después voltear a ver el c