XLVIII. Quiero seducir a mi hombre
Aquí estoy finalmente, esta es la noche que tanto he esperado, pero ahora que llegó el momento, me tiemblan las manos del nerviosismo.Me miro frente al espejo, donde una Alexa sonrojada y recién bañada con sales aromáticas, con un camisón de seda y encaje rojo, de la marca Carine Gilson, me devuelve la mirada.Gracias al cielo, Carlos tuvo la decencia de también regalarme este camisón de seda a juego, con el conjunto que tenía debajo, que no era para nada conservador y sí, bastante revelador.Estamos actualmente en una villa de lujo de una isla paradisiaca que Ethan compró para pasar nuestra luna de miel a solas.No estamos realmente completamente solos, algunas personas encargadas del mantenimiento de la villa y del servicio, viven en la isla, pero en otras viviendas separadas a nosotros.Básicamente, estarían aquí en algunas horas del día y de manera totalmente discreta, para no interrumpir nuestro mundo de dos personas.También, por supuesto, no podía faltar la seguridad, porque a
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