Capítulo veintiocho. ¡Todo esto es mi culpa!
Thiago abrió los ojos apenas Amber se marchó de la oficina. Estaba intrigado por la actitud de la muchacha, ¿qué había sucedido para que se apartara de él tan abruptamente?Se puso de pie y caminó de un lado a otro en la habitación, estuvo tentado a salir detrás de ella y preguntarle, pero antes de quedarse dormido había estado pensando en lo difícil que tenía que ser para Amber encontrarse entre la espada y la pared. Tener que elegir ente Maggi y él, no debía ser cosa fácil.Él, cómo un hombre adulto debía darle su espacio, debía comprenderla y apoyarla en todo lo que le fuera posible, en la medida que la muchacha se lo permitiera, ¿no era eso lo que se hacía por amor?Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de su móvil, no quería responder y de hecho no lo hizo hasta el quinto intento de Maggi.—¿Qué es lo que quieres, Maggi? —preguntó sin saludar.—Estoy en el hospital, he sufrido un accidente, anoche de camino a casa, por favor ven.—¿Estás bien? —preguntó por cortesía
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