Thiago había dicho que no todo era sexo y lo que tenían era mucho más que simple sexo, pero tener a Amber sobre su cuerpo le hacía olvidar por un momento sus propias palabras.—¿Thiago? —Amber restregó su pelvis contra la pierna del hombre.El agua podía disimular lo que pretendía, pero sabía perfectamente que Thiago podía adivinar lo que quería.—Eres una jodida tentación, quiero hacer las cosas bien, Amber. Quiero disfrutar contigo mucho más que…—Sexo, lo sé. Pero no puedes pretender que deje de sentir este fuego voraz que me atormenta y que nace de mis entrañas. Entiendo muy bien lo que me has dicho y no sabes lo feliz que me haces, Thiago. Ahora mismo solo deseo que te entierres en mi interior y me demuestres con hechos lo que sientes por mí —le provocó.Amber no necesitaba pruebas; sin embargo, quería estar entre sus brazos y disfrutar de todo eso que recién le había dicho.—No ayudas a la causa Amber —murmuró Thiago pegando su frente sobre la frente de la muchacha, haciendo que
—¿Eres su amante? ¿Te estás follando a mi hermana? —preguntó Maggi viendo con ojos acusatorios a Thiago y con furia a Amber.—No voy a tener esta conversación contigo aquí y a oídos de todo el mundo, Maggi —respondió el hombre mirando cómo Amber se alejaba un paso de él—. No te atrevas a dar un solo paso más —añadió haciendo que la muchacha se quedara quieta.—Creo que esto se salió de control —susurró.—Pues me importa una mierda lo que tú quieras, me importa una mierda que el mundo escuche. ¡Me estás engañando y no cualquier mujer! ¡Amber es mi hermana! —gritó roja de la rabia.Thiago la tomó del brazo y la arrastró al ascensor.—Andy, cuida de Amber y no le dejes hacer o decir ninguna maldita idiotez —le gruñó mientras pasaba a su lado.—¡Suéltame! —exclamó Maggi, pero no hubo poder humano que lograra hacer que Thiago la soltara.—Cálmate Maggi, estás poniéndote en ridículo. Nunca te ofrecí nada más que una amistad y tú la aceptaste —Thiago sentía la ira correr por sus venas, él po
Amber miró a Andy, pero ella se encogió de hombros. Realmente no estaba en posición de poder ayudarla.—Andy y yo podemos ir a un hotel —dijo la muchacha.Thiago se frenó y se giró para verla.—¿De verdad? —preguntó el hombre con las cejas elevadas y un rictus en los labios.—Sí, podemos quedarnos en un hotel, creo que por hoy…—Hablaremos en el departamento, Amber —le interrumpió el hombre, mientras luchaba para no sacar lo peor de él en ese mismo momento.Amber y Andy caminaron en silencio detrás del mayor y una vez en el ascensor. La joven trató de alejarse de Thiago, pensando que estaba siendo discreto.Thiago apretó los dientes y por un momento pensó que iba a romperlos por la fuerza ejercida, pero no habló durante el corto trayecto.—¿Dónde dormirá Andy? —fue la primera pregunta que Amber hizo para tratar de evadir la conversación que estaba por venir.—Hay una habitación de invitados, ella puede quedarse todo el tiempo que quiera —anunció y no lo hacía por Amber, sino porque sa
Thiago abrió los ojos apenas Amber se marchó de la oficina. Estaba intrigado por la actitud de la muchacha, ¿qué había sucedido para que se apartara de él tan abruptamente?Se puso de pie y caminó de un lado a otro en la habitación, estuvo tentado a salir detrás de ella y preguntarle, pero antes de quedarse dormido había estado pensando en lo difícil que tenía que ser para Amber encontrarse entre la espada y la pared. Tener que elegir ente Maggi y él, no debía ser cosa fácil.Él, cómo un hombre adulto debía darle su espacio, debía comprenderla y apoyarla en todo lo que le fuera posible, en la medida que la muchacha se lo permitiera, ¿no era eso lo que se hacía por amor?Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de su móvil, no quería responder y de hecho no lo hizo hasta el quinto intento de Maggi.—¿Qué es lo que quieres, Maggi? —preguntó sin saludar.—Estoy en el hospital, he sufrido un accidente, anoche de camino a casa, por favor ven.—¿Estás bien? —preguntó por cortesía
Thiago respiró de manera profunda para no gritarle allí mismo a Amber todo lo que pensaba de Maggi y Ariadne e incluso lo que estaba pensando de ella.Él no comprendía cómo era, que Amber no se daba cuenta de que todo era un plan con maña, y lo que era peor. Amber estaba creyendo que con sacrificarse y terminar la relación que tenían iba a hacerle cambiar de opinión con respecto a Maggi, como si los sentimientos fueran como una muda de ropa o que llegaban y se iban por arte de magia.—Ven conmigo —dijo como única respuesta, antes de arrastrarla por los pasillos del hospital, importándole una mierda llamar la atención de la gente que vivía pendiente de la vida ajena, menos de su propia vida.—¡Suéltame, Thiago! —gritó Amber al darse cuenta de las intenciones del hombre.Él no quería estar a solas con Thiago y mucho menos estar en un sitio cerrado, porque la decisión de dejarlo le estaba carcomiendo el corazón, pero también estaba la promesa que le había hecho a su hermana.Thiago hizo
Thiago permaneció un largo tiempo sentado dentro de su auto en el estacionamiento del edificio. Quizá con la esperanza estúpida de que Amber corriera detrás de él; pero ella ya había tomado una decisión y aunque a él le costara aceptarlo debía hacerlo.Eso no quería decir que estuviera de acuerdo, pero se había prometido respetar la decisión que Amber tomara con respecto a su relación.Lo que le dolía en el alma, era saber lo poco que significaba su amor para la muchacha. Pensó que quizá era el karma, porque jamás en su puta vida se había enamorado.Jamás había involucrado su corazón con nadie y ahora no solo se había enamorado, sino también lo había hecho de una mujer que no tenía ningún interés en luchar por su amor. ¡Ningún jodido interés! ¡Él no era una prioridad para Amber! El solo pensamiento debía disgustarlo, pero él no era un hombre que se arrepintiera de sus elecciones.Amber había robado su corazón, la muy bandida se le había metido por los ojos, lo había seducido. Lo había
Amber miró al hombre y de repente tuvo la sensación de estar frente al antiguo Thiago. Su mirada era fría y su pose rígida. No quedaba nada del hombre que la había visto con cariño.—No iré —murmuró Amber—. ¡No iré! —gritó ante la pasividad mostrada por Thiago.—No tienes permiso de faltar, si lo haces lo tomaré como abandono de trabajo y tendré que demandarte para dejar un claro mensaje al resto de los empleados —soltó Thiago—. Y tú, Maggi. Espera la visita de mi abogado y será mejor que no le pongas trabas o te pongas melodramática porque hay muchos argumentos para conseguir el divorcio por las buenas o por las malas. Que tengan un buen día —añadió antes de salir de la habitación sin dedicarle una sola mirada más a Maggi.Maggi miró con un profundo rencor a Amber y solo cambió su mirada cuando ella se giró para verla, su farsa debía seguir.—¡Me dejará! ¡Thiago va a dejarme, Amber! —sollozó con fingido dramatismo—. ¡Estoy lisiada y ustedes son los culpables y, aun así, él no quiere
Celos, esa era la palabra perfecta para describir los instintos asesinos que nacieron en el corazón de Amber. Esa chica era con quien seguramente Thiago había dormido la noche anterior, luego de salir del antro.—¿Se puede saber lo que sucede aquí? —preguntó sin poder evitarlo. No podía por más que quisiera guardar la calma y guardarse sus celos.Thiago elevó una ceja, pero su rostro no dejó de ser frío en ningún momento.—¿Nadie te enseñó a tocar la puerta? —cuestionó Thiago haciendo que Amber se sonrojara, pues la chica había dejado escapar una risita.—No has respondido mi pregunta —dijo con indignación.—Por si no te has dado cuenta, Amber. Estoy ocupado, Lucero debió decírtelo para evitar este incómodo momento —dijo casi con calma.—Necesito hablar contigo —rebatió Amber sin apartar la mirada de la muchacha.—Si es algo relacionado con el trabajo, por favor espera a que termine con Nicky. Si es algo personal, tú y yo no tenemos nada de qué hablar.—Pero, Thiago.—Cierra la puerta