Alexis:" Si me quieres, no lo hagas…Te odio".Mientras alzo su cuerpo inconsciente, sus palabras retumban en mi mente, y se repiten una yotra vez como un disco rayado. Sé que no debería dolerme tanto, pero me duele. Con solo un par de frases, selas ha arreglado para hacerme trizas, para hacerse paso a través del muro de hielo que rodea mi corazón; el muro que me ha permitido guardar una distancia de todo y de todos excepto de ella.No me odia en realidad. Lo sé. Me quiere. Ella me ama o, al menos, creo que sí. Cuando todo estotermine, volveremos a la vida que hemos tenido durante los últimos meses, salvo que yo me sentirémejor, más seguro.Menos temeroso de perderla."Si me quieres, no lo hagas…"Mierda. No sé por qué me importa que haya dicho eso. Sí la quiero, por supuesto. No puedo... Elamor es para aquellos que son fieles y altruistas, para la gente que aún tiene una pizca de corazón.Ese no soy yo. Nunca lo he sido. Lo que siento por ella no es como los sentimientos dul
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