Amy:No estoy segura de cómo he llegado al cuarto, pero aquí estoy, sola en la cama que compartíamos, envuelta en una agonía silenciosa. Puedo sentir manos suaves que tocan mi pelo y oír voces que me murmuran palabras en italiano o ruso.Sé que Amanda y Rosa están aquí conmigo. El ama de llaves parece que esté llorando. Yo también quiero llorar, pero no puedo. Siento un dolor tan intenso, tan profundo que llorar sería lo más fácil. Creía que sabía lo que era sentir el corazón despedazado. Cuando por error di por muerto a Alexis aquella vez, estaba destrozada, destruida. Y luego, esos meses sin él fueron los peores de mi vida. Creía que sabía lo que era sufrir la pérdida de alguien, lo que sería no volver a ver su sonrisa o sentir el calor de sus abrazos. Pero ahora me doy cuenta de verdad de que existen grados de agonía. El dolor, en un principio es desolador, pero llega hasta destrozar el alma. Cuando lo había dado por perdido otras veces, él era parte de mi mundo. Ahora, sin em
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