#54:

Amy:

No me doy cuenta de que estoy gritando hasta que alguien me tapa la boca con fuerza, amortiguando mis gritos histéricos.

—Amy, Amy, ¡para! —La voz firme de Marco me saca del torbellino de horror y me devuelve a la realidad—. Cálmate y dime exactamente qué has visto. Cálmate para que puedas hablar con más

tranquilidad.

Apenas logro asentir; él me suelta y retrocede. Por el rabillo del ojo veo a Rosa y a Amanda a pocos metros de distancia. Amanda se cubre la boca con las manos y vuelve a ser un mar de lágrimas. Rosa parece asustada y angustiada.

—No… —Apenas puedo articular palabra por la garganta hinchada—. No he visto nada. Lo acabo de oír. Estábamos hablando y, de repente, he oído disparos y... gritos y luego más disparos. Alexis… —Se me quiebra la voz al mencionarlo—. Supongo que se le ha caído el ordenador porque la pantalla se ha vuelto loca y entonces solo he podido ver la pared. Pero sí he oído los disparos, los gritos, más disparos...

No soy consciente de que estoy solloza
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