—Ares —murmuro dando un paso adelante.—¿Qué haces aquí, Em?Dice haciendo énfasis en mi nombre.Me aclaro la garganta.—Vine a dejarles algunos insumos al doctor Spencer.Mira a Sam antes de devolver la mirada a mí.—Pero, Sam ha tomado su lugar.—Un gusto concerté.Sam se adelanta y le tiende la mano, peor Ares no se mueve.Hijo de…Bajo la mano de Sam y lo miro apenada.—Supongo que debo irme. Pero, vendré para que hagamos los horarios.—Perfecto —palmea mi mano —nos vemos, gracias por los suministros.—No lo agradezcas.Mira detrás de mí y frunce el ceño.—¿Estarás bien?Asiento.Con eso, paso como una flecha junto a Ares sin siquiera darle una segunda mirada.Miro a los lados y me encuentro con dos camionetas estacionadas detrás de la que me trajo hasta aquí.—Emma.—No tenías derecho a hacer eso que hiciste allá dentro.—Créeme, no hice nada, fui lo más sociable que pude.Resoplo.—Y, tú. No tenías permiso de dejar la mansión —espeta en tono frío.Lo miro con sorpresa y al mismo
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