Capítulo 21. Cómo dos gotas de agua.
El avión de Simón aterrizó en el aeropuerto de Corpus Christy al mediodía del día de la despedida de soltera de Marga, allí su equipo de seguridad los esperaba con tres camionetas blindadas para trasladarlos a la mansión Fulton.―Creo que nunca me acostumbraré a toda la parafernalia que se monta cuando sales de tu casa, hijito, siento que estoy viajando con el presidente de México.Simón sonrió.―Soy más rico que el presidente de México, abuela, y el dinero tiene muchos amigos y crea muchos enemigos, es preferible prevenir que lamentar.―¿Y tú, Madison? ¿Te has acostumbrado a salir con tanta gente pisándote los talones?―No, abuela, hay días que parezco candidata a presidencial y que creo que me enviaron al servicio secreto a protegerme ―dijo en broma.El camino a la mansión Fulton era corto, solo treinta minutos desde Corpus Christy. La casa se encontraba ubicada frente a la bahía de Aransa en el golfo de México, en el patio trasero había una zona de césped verde y bien cuidada con u
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