El olor a tocino la despertaba esa mañana, obligándola a levantarse con el estómago realmente hambriento, la luz del sol que se colaba a través de las cortinas, avisaba que aun eran tempranas horas de la mañana, Dante aún permanecía dormido en sus habitaciones, y ella, caminaba sigilosamente hacia la cocina.Mirando a Bastián de pie en medio de ella moviéndose de un lado a otro, pudo ver que, en efecto, estaba cocinando, sonriendo de felicidad, se sentó frente a él para mirarle más de cerca en su laboriosa faena, estaba en ropa interior con únicamente un delantal que cubría sus muy bien formados pectorales completamente trabajados, sus brazos estaba completamente al descubierto dejando ver sus muy poderosos músculos y lo fuertes que estos parecían ser en realidad, Bastián, sin duda, era un hombre tremendamente sensual, era imposible no enamorarse de él, sin duda, Adalet se sentía demasiado afortunada de tenerlo en su vida y ser amada por el de la manera en que lo era, no solo era un h
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