6. Capítulo
Consigo verme en el espejo del baño, aliso la falda de mi vestido rosa, me veo el cabello desordenado, solo son algunos flequillos invasores. Lo acomodo. Mis ojos, uno azul celeste y el otro ámbar, me dan el visto bueno.Ya estoy acostumbrada a lo diverso en mí, además de ese surtido de pecas, que pincelando mis mejillas, me vuelve más peculiar. Devuelta al living, me llega el olor a comida, debo de estar muerta de hambre, considerando que no he desayunado resulta entendible sentirme así. ¿Él no ha comido? Ya es un poco tarde, y no creo que de no ser así me esté cocinando a mí solamente. Lo encuentro en la zona de la cocina, haciendo huevos revueltos, huele a tocino también. Todo un desayuno americano. En el taburete me siento, apoyo los codos sobre la isla de la cocina y la cabeza entre mis manos a modo de soporte. El chico, que no tiene mala pinta ni parece tener torcida intención, más bien se me hace bueno y en cierto grado tímido, aún no se percata de que estoy ahí. Tan metido e
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