HOLLYAdam es… enorme.Sí, todo él es enorme, digo, es un tipo de uno noveinta y dos, y yo una enana de uno cincuenta y cinco, somos dos cerebros, y a ninguno de los dos se le ocurrió que, si tienes sexo en el asiento del piloto, puede que ciertos movimientos toquen el claxon.Estuvimos a nada de que la policía nos viese, pero, un rápido es un rápido.Cuando llegamos a mi casa, un Adam con la sonrisa de oreja a oreja me ayudó a preparar algunas cosas. Descubrí que tenía cierta facilidad para la cocina y él descubrió sus dos metas a corto plazo, conquistar a mi padre y a mi hijo.Le dije que era una soberana tontería, que nadie lo iba a querer a la fuerza, casi me muerdo la lengua por ello.Mi familia se quedó hasta tarde, Dakota quiso irse antes de la cena, dijo que estaría bien, la vería el lunes, no me pareció verla mal, tenía que luchar con sus demonios esta noche, la entiendo, entiendo que tiene miedo, pero debe tener un momento reflexivo.Adam se quedó a dormir, por más que le te
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