DAKOTARetorcí mis dedos en la bolsa, tenernos en la sala de espera era más una tortura vil, un juego cruel.Con nosotras estaba una pareja, ella estaba a punto de explotar con su enorme barriga y su esposo (quiero pensarlo), estaba tan atento a ella, que parecía que me derretiría el corazón.Holly estiró su mano para tomar la mía. —Tranquila.—Es fácil decirlo—bufé.Un doctor se acercó a la enfermera de recepción, Holly me apretó la mano, la miré confusa, ella veía al doctor, quien a la vez hechó una mirada hacia los que estábamos aquí en la sala.Era Rafael.Quien se quedó de pie viendo a Holly.—Espérame un momento—me dijo.Pero yo quería ir para escuchar lo que se tenían que decir.Holly y él se acercaron, la enfermera se les quedó mirando y Rafael se dio cuenta, la llevó hacia el pasillo, alejándola de cualquier oído chismoso que pudiese estar cerca.Mi única fuente de distracción se había ido.La puerta se abrió y otra pareja salió, la doctora sacó la cabeza y llamó al otro mat
HOLLY—¡Baja esa engrapadora! —gritó James.—La voy a bajar, pero en tu cabeza, pendejo.—¡Tenía mucho trabajo!—¡Metiéndote con esta señora! —señalé a la mujer madura que se apresuraba a abotonarse la blusa.—No tiene por qué ser tan grosera—dijo la mujer ofendida, tomó su bolso y se fue.Lo liquidé con la mirada.—¿Por qué dejaste a mis hijos solo en la maldita recepción a merced de cualquiera?—Los estaban cuidando.—Los cuidaron tanto que dejaron que Adam se los llevara, así como así.—Están con tu maldito juguete engreído.Le arrojé la engrapadora que le pegó en el pecho.—¡Ese no es el puto punto, pedazo de idiota! ¡los dejaste solos! y no lose dejaste por trabajo, los dejaste porque te estabas enredado con esa.—Tú también te revuelcas con mi maldito jefe y tu socio y no estoy armando un escándalo.Tomé de su escritorio su organizador y se lo volví a arrojar, se cubrió la cabeza.—Vas arreglar con los niños esto, yo no te pienso cubrir.—Sí, sí, Gracie, todo lo quieres arreglar
EROSTengo el corazón acelerado, los oídos tapados, mi mente divagando, perdida en lo ocurrido.Estoy a un costado del escenario, viendo a The Last Cosmos, lucirse, sobre todo a Tibalt. Aun me debato en que si lo que paso ha sido realidad o solo un producto de mi imaginación.Escucho el mar de gente gritando y cantando junto a Tibalt, aclamándolo como Xylon. No soy el único que está aquí en la parte exclusiva, hay un grupo de mujeres y hombres que bailan y cantan, se graban y se toman fotos y yo siento que no encajo en todo esto.Tibalt me lanzó una mirada desde lejos, con el micrófono en la boca, me guiñó el ojo. Tengo el corazón en la garganta, no puedo resistirlo más, le mandé un mensaje a Denes, que me esperara fuera.Le dije a un staff que me sacara de allí. Este mandó a alguien más, para cuando salí, Denes ya estaba esperándome.—Señor ¿se encuentra bien?Negué con la cabeza, pero no dije nada, nos metimos al auto y se alejó de esa arena. Denes volvió a preguntarme que si estaba
HOLLY A la lejanía, escuché murmullos. Sentí calor por toda mi espalda, una mano en mi pecho y ronquidos en mi oído. Los murmullos se convirtieron en risillas. —Mami—masculló, los ronquidos se detuvieron, lo sentí remover. —¿Hum? —parece que Adam irguió la cabeza. —Mami, se hace tarde. —¿Qué? —me erguí, pero mi cabeza chocó con la de Adam. —¡Auch! Me tallé el rostro. —Bebés, pónganse los zapatos, es hora de irnos. —Hum—Adam me abrazó por la cintura—, no vayan a clases hoy, es Halloween —¡No, no!, suéltame, debemos ir a clases, hoy salimos temprano. —No, no, los niños tampoco quieren ir ¿verdad? —¡Si! ¡quedémonos, quedémonos! —No podemos, bebés, —habían puesto sus ojitos de cachorro—, tengo que supervisar las cosas, además recuerden que tenemos que comprar las cosas para nuestro altar y pedir dulces. —¿Altar? —Mañana es día de muertos—explicó mi hijo, Alice se bajó de la cama para ponerse sus zapatos. —Pero ¿Qué es un altar? —Te lo explicaremos mañana—contesté deshacié
ADAM —Tengo que irme—comencé a caminar hacia la puerta. —Espera, Adam —Holly me detuvo—, ¿qué sucede? Abrí la puerta. —Eros tuvo un accidente, llamaré después. Corrí hacia la salida, le dije a mi chofer el nombre del hospital. Maldición, maldición, debí insistir en las llamadas. Empujé las puertas del hospital en cuanto llegué y me abalancé hacia la recepción de enfermeras. —Eros West—dije en cuanto pude. —Está en cirugía, ¿Quién es usted? —Soy su hermano, demando información. —Yo se la daré—dijo alguien a mis espaldas. Al girarme había un doctor—. Entonces ¿es su hermano? —Si. —Traumatismo en cadera y rodilla, laceraciones en el rostro, manos, laceración profunda cerca del riñón, fue una fortuna que no perforó. Por el momento está en cirugía. —Pero ¿estará bien? —Según esto su cerebro está un poco inflamado debido al impacto, esperaremos a que redusca la hinchazón. Tendrá muchas secuelas y traumatismos severos, pero sobrevivirá. —Está bien, ¿qué lo provocó? —Fue un ch
HOLLY —Necesito hablar con la policía—me explicó Adam—, pero… quiero que me hagas un favor. —Sí, claro. —Eros dejó un maletín en mi casa, en la biblioteca para ser exactos, necesito revisarlo para entregárselo a la policía. Asentí. —Entonces, ¿quieres que vaya por él? —Por favor. —Bien, te veré en un rato—me levanté, pero antes de alejarme, tiró de mi brazo y me regresó hasta él, me dio un beso. —Señor West, lo veré en un rato. Sonrió. —Ya te extraño—sus azules ojos brillaron como estrellas. Lo dejé con el par de adolescentes. Si mal no estaba, ese par de chicos se preocuparon por Eros a tal punto de discutir, ¿Qué fue todo ese drama adolescente?, desconocí a Eros, si lo pensaba más allá podría decir que esos chicos querían demasiado a Eros, ya que no se veían nada amistosos. Llegué antes de que los niños salieran, fui rápidamente a mi oficina por mis cosas, mi mirada se desvió por segundos al cesto de basura, en donde yacían los pañuelos con los que Adam me limpió hace un
DAKOTA Nicholas llegó a la casa de Deo, sin que ninguno de los dos lo hubiésemos invitado. Deo, tan amable como siempre lo invitó a sentarse con nosotros. No sabía si Nicholas se hacia el loco, o solo estaba siendo él. Para mí, era una persona distinta, pero… Él, aun en el papel de esa relación poliamorosa, me miraba con el mismo deseo que la primera vez que nos vimos. —Dakota tiene una buena noticia—dijo Deo y yo pegue un brinco. No. Nicholas aun no tenía que saber esto, ¿y si él reacciona de diferente manera que la de Deo? —¿A sí? —sonrió diablesco—¿Qué es? —me barrió con la mirada. Un estremecimiento me recorrió todo el cuerpo. —Ah…—¿Qué le digo?, miré a Deo que parecía tan feliz—, quiero hacerlo de nuevo con ambos. Los dos hombres estaban sorprendidos. ¿Cómo no dejarme llevar por aquel trio que monté?, si se puede llamar así, claro. Los tres fuimos hacia la habitación de Deo. ¿Cómo es que dos hombres te desnuden?, solo tengo una palabra para definirlo: Fascinante. Sen
HOLLY No es que no quisiera salir para con Adam, más bien, no quiero enfrentarme a la vergüenza de ver a su madre. Cherise es una gran persona, ¿y si la ofendí por tal alboroto?, accedí a hacer tal engaño y me siento mal. Ha pasado un día, Adam movió mar y tierra para encontrar al tipo que quiso meterse en su casa, la policía se movió rápido ya que el policía que llegó primero fue herido. Sigo pensando que aquel tipo no fue solo por robar, si iba armado ¿a qué estaba dispuesto? No hubo nada que se hubiese robado, solo encontraron cosas alborotadas, rotas y revueltas, pero nada hacía falta. Además ¿Dónde estaba la señora Gómez? Adam me llamó por la mañana, me dijo que si podía ir a mi casa a dormir mientras se arreglaba todo en la suya, lo cual accedí, su madre lo iba a relevar. Alice había escogido uno de los tantos, tantos disfraces de Sakura, y Tony decidió acompañarla con ser Shaoran Li, obviamente yo solo llevé una grabadora vieja para parecerme a Tomoyo y grabarlos tanto c