-¡Señor Aller! ¡No puede pasar!- Gritó la recepcionista de la empresa del hermano menor de Sebastián, quien había sido advertida de no dejar pasar al mayor de los Aller a la empresa. El hombre había quedado vetado de por vida del edificio.Pero el CEO no escuchó, ignorando completamente a la mujer, y esquivando a los guardias de seguridad que intentaron detenerlo, el odio ciego que tenía en contra de su hermano menor lo había hecho más rápido y más fuerte, burlando todos los intentos inútiles de los empleados para atraparlo.No había tiempo para esperar el ascensor, corrió por las escaleras, subiendo de dos en dos, su mente estaba desconectada, no sentía dolor en sus piernas ni que el aire apenas entraba en sus pulmones, solo quería llegar cuanto antes a matar a su hermano.No solo era por lo que había hecho con Katlyn, sino que eran años de acumular cosas, Sebastián había aguantado las actitudes crueles de su hermano por muchos años, una parte de él siempre pensaba que cambiaría, que
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