Todos los capítulos de Mi gran Amor... La hija de mi enemigo: Capítulo 91 - Capítulo 94
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Asustándolos a morir
Steve condujo velozmente para no dar mucho tiempo a los hombres de Mortensen, o a él mismo, para escapar.Llegaron al edificio, que ya Steve había visitado previamente, el conserje les abrió la puerta, él ya estaba al tanto de la importancia oficial de Steve por lo que no tuvieron ninguna dificultad para entrar. Subieron rápidamente a la amplia azotea y allí se apostaron de cara al edificio de Mortensen donde reinaba el caos.……….La primera noticia de que algo no andaba bien, fue cuando Mortensen bajó a las oficinas del segundo piso para abrir la pequeña caja fuerte que tenía allí con dinero en efectivo y algunos otros valores, estaba a punto de entrar a su oficina cuando escuchó dos gritos agudos en la planta baja.—¿Qué demonios está pasando allí abajo? —gritó acercándose a las escaleras.—¡Han herido a los dos muchachos que estaban de custodios afuera! —se oyó gritar la voz de uno de los muchachos.—¡Pues que vayan a ver quién es el que dispara, con un demonio! ¿O es que son una c
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La captura... y luego el fin
Cuando llegaron las unidades, Mortensen aún no salía de su cuarto, por lo que Steve esperó pacientemente. Los que estaban en el lobby se llenaron de pánico cuando varias patrullas bloquearon las calles.En eso Steve vio a Mortensen y disparó para romper el vidrio que cubría el techo. Los cristales cayeron encima de Mortensen, que aterrado, volteó hacia arriba justo para ver el fogonazo de un nuevo disparo con el consiguiente baño de vidrios para Mortensen, este prácticamente se arrastró para cubrirse detrás de los muebles, pero nuevos disparos que hicieron impacto en los adornos y jarrones que tenía allí, le hicieron levantarse y salir despavorido de la suite.Cuando estaba a punto de bajar por la escaleras casi se tropezó con Carter que venía subiendo por allí con la cara desencajada por el miedo, por primera vez el gusano del miedo se había apoderado de ellos, que hasta ahora habían sido los amos prepotentes, acostumbrados a avasallar a todo el mundo, a pisotear a los demás y a rein
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Asunto concluído
Steve Lonergan llegó poco después del mediodía a la hermosa ciudad de Los Ángeles en vuelo directo desde Phoenix, Arizona. El coronel Temple le había escrito poco después de que había abordado el avión de regreso.—”Excelente trabajo, hijo —le escribió— nada mejor que limpiar las alcantarillas después de una tormenta”El mensaje estaba cifrado para ojos profanos, pero Steve lo pudo entender perfectamente, una sonrisa distendió su rostro cansado. Había pasado toda la noche en el edificio desde donde había disparado para no levantar sospechas ni que quizás alguien lo pudiera ver entrando esa mañana al edificio, cuando salió de él no había ya casi nadie circulando como más temprano, en la hora que los empleados comenzaban a llegar.Durmió durante todo el viaje. Cuando descendió del avión se fue directamente a casa a descansar por lo menos un rato, pero no pudo dormir durante mucho tiempo porque cuando había dormido un par de horas el teléfono comenzó a sonar insistentemente. Sabía que no
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Final y epílogo
Cuando el comisario estaba tomando su taza de café esa mañana su esposa encendió el televisor donde pasaban dos noticias asombrosas: La muerte de un grupo de traficantes y mafiosos en una bodega de la bahía neoyorkina y la voladura de la prisión con la muerte del condenado Lucas Rodson.La taza de café cayó de las manos del buen comisario mientras se dejaba caer sentado en la silla más próxima. La boca la tenía desmesuradamente abierta al igual que sus ojos, pero después de unos momentos su expresión se suavizó, bajó la cabeza mientras hacía un movimiento de negación con ella, de un lado al otro. Luego levantó la vista y una sonrisa distendió sus facciones, y se fue ampliando cada vez más hasta que se convirtió en una franca risa. Su esposa lo miró y se acercó para recoger la taza rota del piso. Se quedó mirando a su esposo por unos momentos.—¿Alguna novedad, Raymond? —le dijo con una expresión extrañada en la cara— ¿Buenas noticias?—No podían ser mejores —dijo en medio de las risa
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