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Todos los capítulos de Acusada sin piedad: Capítulo 31 - Capítulo 40
71 chapters
31 Una intrusa en la granja
Fiorella bajó del auto y se quedó plantada por unos minutos ante el cuadro que tenía en frente.No fue capaz de mover un solo músculo, hubiera querido salir corriendo hacia él, pensó que lo haría, se lo había imaginado durante el último mes, pues era prácticamente en lo único que pensaba para no volverse loca con el tema de Ginevra en la cama de su marido.El parecido era intrigante, las facciones, sus ojitos, sus gestos, a pesar de nunca haberlos visto de su padre, el pequeño era la viva imagen de Francesco Romano, el niño despertó tantos sentimientos en el pecho de su abuela que la mujer apenas si pudo acercarse a él, despacio para no asustarlo.Jugaba con una pelota inflable, la lanzaba torpemente de un lado al otro y corría tras ella, apenas lograba mantener el equilibrio, seguramente hacía pocas semanas que había comenzado a caminar,
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32 Los intereses del niño
Allegra servía un vaso de limonada para su suegra cuando escucho el sonido de on motor de un auto acercándose.Soltó el vaso y la jarra y corrió para asomarse a la ventana.— Fiorella, dime por favor que no es uno de los Romano — Dijo alterada mientras intentaba ver el auto que se acercaba.— No, te juro por lo más sagrado que nadie lo sabe, nadie sabe en dónde estás, vine sola.— Pues alguien te siguió, como bien pudiste ver a la entrada de los terrenos de la granja hay un letrero que prohíbe el paso, aquí solo personas contadas con los dedos de una sola mano traen su auto hasta aquí.— Nadie me siguió, estoy segura de ello, debe ser alguien más.— Eso espero Fiorella, hemos vivido un año en este lugar, ¡Un año! Y no quiero más sorpresas, con la tuya el día de hoy es más que
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33 Compromisos peligrosos
— ¡Entonces no se diga más! Tengo entendido que tú eres muy buena abogada… me lo han dicho todos los que te han investigado — Admitió.Arianna no sabía si sentirse ofendida o halagada.— Me ha investigado entonces…— No te molestes, nunca lo hubiera hecho de no ser por la relación que tan cercana que tienes con Allegra.— Eso no cambia la realidad de haber sido investigada.—Te pido disculpas por eso, si de algo te sirve, todos hablan bien de ti, de tu profesionalismo y honestidad, y también de tu generosidad, de hecho, personalmente te debo mucho, haber hecho lo que hiciste con ella y luego con el niño es…— Lo hubiera hecho cualquiera.— No, eso no es cierto, no cualquiera lo habría hecho, solo una persona noble y con un gran corazón, alguien como tú.— Y como Luca — Le s
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34 Las visitas de la abuela
 Carmina era bastante suspicaz y habilidosa para dar opiniones rimbombantes cuando era necesario y cuando le convenían, por supuesto que cualquiera que la hubiera escuchado la habría aplaudido, y le habría dicho a Francesco que eso exactamente era lo que él debía hacer, pero claro, alguien que no conociera el contexto de la situación,Francesco se dejó llevar una  vez más por los placeres carnales que le ofrecía Carmina con intenciones ocultas, y trató de olvidar por un rato a Allegra, pero era difícil, sobre todo por el hecho de que la misma Carmina y su secretaria acababan de mencionarla. Además, no era difícil comenzar a hacer comparaciones entre ella y su conquista de paso, siempre lo hacía de manera inconsciente, y cuando se daba cuenta de ello, se recriminaba de inmediato.Los días se fueron sucediendo uno tras otro, dando paso a los planes d
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35 Nuevas alianzas
A Fiorella no terminaba de gustarle mucho la idea, en realidad tenía la esperanza de que la chica dijera que al fin decidía no ir, pero después de lo que ella misma le debía no podía decirle mucho más allá de una pequeña recomendación, o a lo menos una opinión, pero nada más, en todo caso, si salía todo bien Allegra tendría un rato de paz, eso era bueno.— Entonces ve, pero cuídate mucho, no te descuides en ningún momento, y vas a tener que hacer algo de retoque con tu cabello, así que te traje unos tintes, secador y plancha para el cabello, y unos productos para alisar, también compre algunos vestidos, no cuál de ellos te sentará mejor, pero debes verte elegante pero no llamar mucho la atención, y en tu caso querida, eso es un poco difícil, así que a ver si con estos colores oscuros pasas más desapercibida.
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36 Dudas...
Fiorella hizo las maletas desde el jueves, esta vez, Giorgio estaba muy intrigado por el tema de la boda, y esperaba que hubiera resultados con las investigaciones, le había dado aviso a la policía de lo que podría ocurrir durante el evento y aprovechó para decirle a sus tenientes de bolsillo que estuvieran presentes para aprehender a Allegra si se presentaba.Pero cuando Fiorella Salió con la maleta y la puso en la parte posterior de su auto a Don Giorgio se le encendieron las alarmas, ¿Sería acaso mucha casualidad que el lugar en donde su mujer había comprado la Villa y en donde pasaba los fines de semana desde hacía unos seis meses era el mismo en el que los novios contraerían nupcias?¡No, no podía ser verdad! ¿Acaso Fiorella sabía algo que él no? ¡Imposible!, ella no había defendido a esa lunática traidora, ¡Homicida de su pequeñ
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37 Todos de viaje
Don Giorgio seguía cuestinandose dentro de su cabeza:— Será que Fiorella… ¡No! No puede ser, ella no es tan inteligente, ni tan suspicaz, no encontraría nada que tuviera en frente, ¡Y mucho menos a esa mujer que ha demostrado ser una auténtica harpía para mantenerse en las sombras durante tanto tiempo!Sacudió la cabeza para apartar esos estúpidos pensamientos de su mente, no tenía caso, su mujer era totalmente inofensiva, sabía todos los cuernos que le había puesto y, sin embargo, no había hecho nada hasta ahora, o eso pensaba él, que no estaba al tanto de que su mujer estaba desapareciendo su dinero, cambiando de manos sus propiedades y dejando todo en manos de terceros para dar la estocada final cuando fuera tiempo.También se había asesorado con abogados para que le calcularan el cincuenta por ciento de lo que le correspondía en
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38 Un encuentro fallido
Allegra se levantó temprano esa mañana, atendió a los animales de la granja y dio instrucciones al señor que la ayudaba con esas labores, Don Anastacio, un caballero de avanzada edad que sabía de granjas y producción lechera, gallinas y esas cosas del campo.Un buen hombre, respetuoso y trabajador, y con quien el pequeño Francesco pasaba buenos ratos hablándoles a los animales, Don Anastacio le contaba cuentos de los patitos y le explicaba como nacían de los huevitos que cuidaba la pata.Allegra dejo al niño con el viejo un rato mientras atendía la comida y luego de que todos almorzaron y Don Anastacio se fuera, ella comenzó a mirar el reloj con insistencia. La chica que había contratado como niñera no aparecía por ninguna parte, la hora corría y estaba segura de que se le iba a hacer tarde.En vista de que la chica no daba señales de vida, deci
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39 El vestido, y las resignaciones
— ¿Hay algún problema con la reservación? Está tardando demasiado — Allegra le dijo en baja voz al actor.— No, con nuestra reservación no, pero si con la actitud de la gente, hay personas muy prepotentes que creen que porque están pagando un servicio tienen el derecho de gritar, ofender y amenazar a los demás.— No te entiendo, ¿Qué sucedió?— Una mujer a la que se le ve la clase por encima, pero no la clase educada, sino la adinerada, vino a hacer un estúpido reclamo y lo enfatizo como si tuviera la importancia de la cura de un enfermo terminal.Allegra suspiró, estaba acostumbrada a ver esa clase de reacciones en muchas personas que conocía.— Lo sé, a veces la gente con dinero piensa que puede tener el control de todo y de todos, es triste que vean las cosas así…El joven recepcionista alz&oa
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40 Cara a cara con su hijo
Arianna al fin inspiró profundo y se sentó para que la maquillaran, ni siquiera había dejado que le aplicaran una crema humectante debido a los nervios porque su rostro estaba totalmente húmedo de sudor, había estado en una lucha campal con su vestido durante horas.— Señorita, ¿Entonces está segura de que ese es el vestido? — Preguntó con cautela el dependiente de la tienda de vestidos de novia.— Estoy segura, gracias, puede llevarse los demás, y por favor, dele la cuenta a mi asistente, ella se encargará de hacer el pago.— Gracias a usted por su compra — Dijo el hombre satisfecho recogiendo de la cama y embalando la mercancía.Arianna por fin se sentó frente al espejo, mientas la maquilladora, y la manicurista hacían lo suyo. Inspiró profundo, dejó que la embellecieran aunque en realidad no era que lo necesitara
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