Cuando Luca colgó volvió a la habitación del bebé y se recostó junto a él, lo observó dormir, era tan hermoso, tan delicado, su rostro de ángel tan alejado de toda la realidad de sus padres le daba un aire tan puro que a su madre se le escaparon un par de suspiros.Tomó una de sus manitas y la besó con delicadeza, tenía los dedos largos como los de su padre, las personas siempre decían que Francesco tenía manos de pianista, y su nariz respingada, era la marca de nacimiento de los Romano.Allegra pensó que aunque quisiera no podría jamás huir de Francesco Romano, lo vería el resto de su vida en el rostro de su hijo, era tan parecido a su padre, que seguramente cuando fuera un jovencito se le dificultaría ocultar la verdad, tendría que hallar la manera de sacarlo del país en algún momento, haría un plan, a futuro claro,
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