Carmina sacudió la cabeza al escuchar a Francesco, en realidad no era lo que ella esperaba, la mujer no quería perderse el espectáculo, había soñado despierta con la imagen de Allegra Richi siendo aprehendida en plena boda, pero por el momento se alejaría de él y le daría su espacio para maniobrar, quizás desde el otro lado de la calle podría ver cuando los hombres de Giorgio Romano se la llevaran a rastras a la mujercita esa, con eso le bastaba… por ahora… — Está bien amor, si tienes planes personales, pues yo respetaré eso, pero recuerda que vinimos aquí a descansar, espero que la próxima vez me regales ese tiempo por entero a mí… — Le respondió actuando como si fuera absolutamente inocente de lo que estaba sucediendo, Francesco no podría ni imaginar que entre ella y Ginevra habían tramado todo aquello. — Gracias por entender, ahora si me disculpas alguien requiere por completo de mi atención, aunque no le gustará… — Dijo pasando, por un lado, de Carmina y subiendo las escaleras de
Leer más