Naiara Tenía que reconocer que su poder me impresionaba, así como me asustaba. Yo misma había empezado a entender mi poder no hace mucho tiempo. En cambio, la soltura con la que él expandía su resplandor y me hacía sentirlo, en cada fibra de mi ser... me daba a entender que él tenía mucho más tiempo usándolo, conociéndolo, haciéndolo parte de él. Y tal como él mismo decía, no tenía miedo a usarlo, él simplemente tomaba y tomaba sin pensar en las consecuencias y sin considerar a nadie más que a sí mismo. —Ese ha sido siempre tu problema, hay mucho de lo que se puede saber de una persona simplemente de haber estado a escondida, de haber rehusado a salir por miedo, por precaución. Esperando y esperando….— dice de repente y empiezo a sentir cada vez más su calor, sus manos se van extendiendo, sus brazos abriéndose como si fueran rayos del sol. Se siente.... diferente. No del todo opuesto y eso me asusta. —La pequeña princesa siempre esperando el momento oportuno y haciéndole caso a
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