AzaleiaSabía que había sido muy imprudente y que de ninguna forma tenía que andar en un territorio desconocido, sin protección ni sin avisar a nadie. Pero podía escuchar el grito y aullido de mis animales, de una forma tan desesperada que me carcomía el corazón. Y finalmente había tenido razón, ellos estaban atrapados, mis pobres pequeños que nunca habían estado así en su vida. Lupo protegía a sus hijos, y yo los había visto llorar. Hasta que había llegado mi prima y el señor Rise, y luego de una pelea en la que no teníamos ningún chance, habíamos caído como tontos. Y ahora no tenía la menor idea de dónde estábamos, pero estábamos en manos del enemigo, eso era seguro. Cuando desperté mi prima estaba a mi lado, teníamos las manos atadas, pero yo busqué la forma de acercarme a ella más y de que se despertara. Yo la había visto como estaba mejorando cada vez más, con los rayos que lanzaba de sus manos, una especie de luz de luna. Si había alguien que nos podía sacar de esto era sin
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