Reino de Nuante—Cuando entremos al bosque, aférrate con fuerza de mí. Si te caes, las alimañas te devorarán al instante —advirtió la bestia, cabalgando con Lis a su espalda. Y todo para cumplir el deseo que la joven le había pedido una vez que el soldado abandonó el palacio. "Quiero a mi caballo", había dicho ella. "Déjame ir a Arkhamis, por favor". No pedía ser libre, sólo ir de visita al palacio, poder calmar el afligido corazón de su hermana y buscar su caballo. "Riu dice que Kron no quiere comer porque me extraña. Por favor, permíteme traerlo aquí", le rogó. Todo por un absurdo caballo triste. Desz debía estar loco para haber aceptado y, sin embargo, allí estaba, cabalgando hacia el bosque de las sombras para llegar más rápido a Arkhamis, por un caballo. Era su palabra, después de todo, y ésta valía mucho más que la de los humanos. ¿Y qué tal si todo era una trampa? Podía ser que el soldaducho planeara una emboscada para atacarlo y así liberar a su amada princesa. Era una p
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