Transcurrieron dos semanas desde que Alexander se enfermó y las cosas no iban como a él le gustaría.Si bien el ambiente en su casa era bueno, Diana continuaba esquivándolo.Tras despertar en su cama por segunda vez, ella había catalogado quedarse dormida allí como un error que no repetiría.«Un error», despertarse junto a él era un jodido error.Ya no sabía cómo acercarse a ella, lo había intentado todo. Llevaban una relación muy calmada, como la de dos amigos que convivían.Habían dejado de discutir, de lanzarse comentarios sarcásticos, pero ninguno de los dos era feliz con aquello.Él no lo era y podía notar que ella tampoco, o quizá era lo que quería creer.Tal vez Diana estaba feliz de esa forma, pero él necesitaba más, muchísimo más. —Señor Turner, ¿puedo pasar? —le dijo su asistente y entró sin que le diera permiso—. Ha llamado su esposa, me pidió que le dijera que, como la directora ha felicitado a los niños por su buen comportamiento, va a llevarlos a la feria.—¿Por qué no
Leer más