Mía dobla la hoja que hasta hace un segundo estaba pintando y la deja justo delante de mí. Cuando bajo la mirada hasta esta puedo leer: "PARA MAMÁ". Aunque su caligrafía no es la mejor -por ahora- me sorprende lo rápido que ha aprendido a escribir.Esbozo una sonrisa por el mero gesto, con mucha curiosidad toma la hoja, la desdoblo y veo que en el interior nos ha dibujado. Somos ella y yo tomadas de la mano y más abajo se lee "TE QUIERO MUCHO MAMÁ", cada letra en un color diferente.—Está hermoso, Mia. De verás— Le regaló una sonrisa a mi hija y agrego: —Lo colgaré en la nevera, todo el que venga verá qué mi hija me quiere, soy muy afortunada por tener el amor de una niña tan maravillosa como tú.Ella se baja de su silla, rodea la mesa y camina hasta mí. Se sienta en mis piernas y yo la abrazo, entonces mirándome a la cara me dice:—¿Ya Patrick no es tu novio?— No voy a negar que su pregunta me sorprende pero tampoco me toma desprevenida.Mía tiene cinco años, no dos, ha visto suficie
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