El día transcurrió rápido, luego de trabajar arduamente en la biblioteca de la casa, la joven tuvo que ir a comprar legumbres en el mercado, puesto que la señora Susanne se alimentaba saludablemente. Recorrió todo el vecindario en busca de las mejores legumbres, y ahora su pies le dolían reclamando por un descanso.Al llegar al piso donde vive, Willow se cruza con el dueño del edificio, que al verla la saluda sin dejar de mirarla. La joven se apresura a subir los pocos escalones que conducen a su hogar e ingresa al cálido interior. Oreo sale a su encuentro meneando su peluda cola, la chica lo carga entre sus brazos y acaricia su cabeza. Va hacia su habitación y se despoja de la ropa, le urge una ducha fría, así que entra al baño y relaja bajo el chorro de agua fría, masajea su cuero cabelludo aliviando el dolor de cabeza que palpita en sus sienes.Comienza a pensar en la oferta que le ha propuesto la señora Susanne, y de pronto no le parece tan descabellada la idea. Sí, quizás no es m
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