Charlotte, quien lo más violento que había visto en su vida, era el accidente de su hermana, veía con asombro como los lobos se lastimaban con tanta ira, que había quedado sin poder moverse.La mujer que no veía siquiera noticias para no contaminarse de la violencia que entre personas se mostraban, ahora veía a tres grandes lobos que casi triplicaban su tamaño, lanzándose con fuerza a las columnas del barco, cuando uno se subía encima del otro para atacarlo.— Señora Charlotte, necesita marcharse. Reaccione, por favor — pide Retmus, al ver como abría los ojos sorprendida. La pelea entre lobos, era doblemente más violenta que los humanos. Ya que, ellos luchaban con sus garras y dientes hasta la muerte. No les importaba que el dolor de las heridas fuera intenso, seguían y al tener más fuerte sus cuerpos, podían golpearse con las columnas y aunque les dolía, podían seguir peleando. Por ello, la violencia extrema asustó a Charlotte, pero no se marchó. Se sentía devastada por ser la culp
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