Ante la presencia de su pequeña Luna, la parte humana de Lían tomó consciencia de su desnudes, es por ello que sin dudarlo ni por un instante, se movió hacia una de las esquinas de la estancia, misma donde la parte baja de su cuerpo fue cubierto con el mueble de tres plazas. Por su parte, Anne estaba tan aterrada con las palabras que había escuchado antes, que poco o nada le importaba la desnudez mostrada, por el contrario, simplemente, no podía verle como a un hombre, ante sus ojos, ella simplemente veía un monstruo; uno que estaba dispuesto a destruir todo a su paso con tal de obtener el trofeo que desea, y para su mala suerte, aquel monstruo la desea a ella. — Yo, iré contigo. — dice con tono vacilante. El temor que siente, se muestra con más claridad en el temblar de su cuerpo al dar cortos y vacilantes pasos hacia aquellos hombres. Cuando ambos lobos pensaron que la chica se caería ante la debilidad de sus pasos, esta se detuvo y fijó su mirada en Lían — Pero, debes prometer que
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