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Todos los capítulos de El Alfa y la Cazadora: Capítulo 1 - Capítulo 10
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VOLVIENDO A NUMORE FALLS
Hace más de veinte años que no vengo a este endemoniado pueblo. Numore Falls era un recuerdo borroso de mi pasado más tierno, cuando solo era una pequeña niña. Ya sabía que tendría que volver algún día, y aunque la idea no me emociona del todo, sé que estoy aquí por una misión en especial: cazar a la manada de hombres lobo que se ha asentado en este pueblo.Mucho se dice de los hombres lobo que habitan este lugar. Llevan siglos en guerra con los de mi clase, el gremio de cazadores. Creímos que los habíamos eliminado a todos, pero ahí están, volviendo a aparecerse como cucarachas, rehusándose a morir o a largarse.Cuando mi moto atraviesa la frontera de la entrada del pueblo siento un escalofrío recorrer mi espalda. Hace demasiado frío, pero no me importa en realidad. Con mi chaqueta de cuero negra puedo soportarlo.El camino a los lados está franqueado por un bosque espeso, puedo incluso oler el aroma del césped húmedo. Atravieso el puente que pasa por encima del río y finalmente lleg
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SED DE VENGANZA
Es la primera vez que ver a una víctima me descoloca tanto. Un par de lágrimas se escapan de mis ojos sin que pueda controlarlas. Sé que es tonto decir que me duele su muerte, como si lo conociera de toda la vida, sin embargo, siento un dolor en mi pecho que oprime y no me deja respirar.Trato de tomar aire para tranquilizarme. Las temperaturas han descendido demasiado, puedo ver el vaho de aliento cálido escapar de mi boca cada vez que respiro agitada. Limpio mis ojos con el dorso de la mano y saco de la mochila que traje a mis espaldas un par de guantes.Necesito confirmar si este hombre ha muerto a manos de un hombre lobo.Levanto la cabeza hacia el cielo nocturno. Los árboles casi no me dejan ver, aún así, sé que todavía no hay luna llena. Es extraño. Ellos no pueden transformarse sino hasta ese momento. Y para eso aun faltan un par de días.Volteo su cuerpo con mucho cuidado. Algo dentro de mí dice que le debo respeto. Está totalmente destruido, todo es un mar de sangre y víscera
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PRISIONERA DEL ALFA
Me niego a creer que se trate del mismo hombre, sin embargo, todo lo que me gustó de él en un principio sigue ahí. Esos ojos, su cabello despeinado, ese cuerpo que ahora puedo detallar un poco más sin la chaqueta que llevaba.—¿Cómo es posible? —susurro.Hace unas pocas horas creí que estaba muerto, incluso lloré por él. ¡Qué tonta! ¿Cómo no pude darme cuenta antes de lo que era? Es obvio que me cegué por su atractivo.—Ella no pudo haberle hecho eso a Connor —dice mientras mantiene su mirada fija en mí. Su expresión ha cambiado. Antes me había mirado con picardía, interés, incluso algo de deseo, pero ahora me mira con desprecio.—Pero Enzo, ella…—¡Te he dicho que no! ¡Mira su cadáver! ¡Míralo! —gruñe con los puños apretados.Alarick, quien antes parecía muy alzado, ahora baja la cabeza y no vuelve a refutarle nada más.Da media vuelta para alejarse de la jaula, ¿de verdad pretende dejarme aquí?—¡Espera! —lo llamo.Él se da media vuelta y me mira solo de reojo.»Libérame o mátame —e
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LUNA LLENA
Desde que le dije mi nombre, Enzo decidió que no me dejaría ir. Aquello era obvio desde un principio, no sé cómo pude ser tan tonta como para confesarle mi nombre real. Este lobo tiene algo que todavía no logro descifrar qué es, simplemente es algo que me atrae hacia él, que me hace obedecerlo, aunque no quiera. No lo entiendo, es extraño, y, sobre todo, peligroso. Encerrada en esta jaula he visto como el astro nocturno avanza hacia el paso de su ciclo a la luna llena. Mis chances de huir se hacen cada vez más reducidos; nadie me dice que pasa, solo de vez en cuando logro ver a Enzo ir y venir con algunos de sus perritos falderos, y se niegan a contestar a mis preguntas. Los intentos por escapar también se han visto frustrados, dado que siempre hay un guardia observando cada uno de mis movimientos las veinticuatro horas. Al menos he tenido la suerte de que el Beta, Alarick, no ha vuelto a acercarse a mí. Tres días han pasado donde me he mantenido con lo poco que se dignan a darme
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TODAVÍA NO TERMINA
No consigo recuperarme del shock de lo que acabo de escuchar, ¿Qué soy qué cosa?Para mí no es un misterio las jerarquías sociales de los lobos, como cazadora me he topado con todo tipo de ellos, sin embargo, pocas veces he escuchado sobre las “lunas”. Algunas leyendas cuentan que se trata de la otra mitad del alma gemela del Alfa, pero la verdad es que nunca me he topado con una de ellas; en especial porque se supone que son mujeres loba, algo rarísimo de ver en la naturaleza. Y estoy completamente segura de que yo no lo soy.Enzo se envuelve bien en la manta para cubrir su cuerpo, y de la nada me toma del brazo con un poco de fuerza.—¿Qué estás haciendo? ¡Suéltame! —grito.—No voy a soltarte, has sido tan estúpida como para escaparte en plena luna llena. Tienes suerte de que te haya escuchado a la distancia.Levanto la mirada al cielo mientras él me lleva a rastras de vuelta a la casa. Todavía está la luna llena en lo alto, no comprendo cómo es que pudo transformarse todavía estand
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ESCAPE
Las horas pasan increíblemente lento para mi gusto. No puedo estar segura de que ya se haya puesto el sol, lo único que puedo hacer es pegar mi oído y escuchar atenta a que no haya nadie.Enzo no volvió a buscarme, y eso, a decir verdad, me molesta.Introduzco la llave una vez más y abro con sigilo. Me asomo con cuidado igual que anoche. La cabaña está en la penumbra. En el suelo de madera se pueden ver las marcas de las garras que dejó el lobo que quiso atacarme anoche. Trago en seco y me estremezco solo de recordarlo.Me asomo por la ventana que da hacia afuera. Algunos de ellos se encuentran afuera asando algún animal mientras están sentados alrededor del fuego.No puedo escapar por ahí, me verían. Doy la vuelta para buscar otra salida. Y entonces escucho los pasos de alguien que está por entrar.Salgo corriendo y me meto en la primera puerta abierta que consigo. Todo está demasiado oscuro como para ver algo. Me quedo agazapada ahí hasta que vuelve a irse.—Eso estuvo cerca —susurr
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BUEN SAMARITANO
Cuando abro los ojos, todo a mi alrededor se ve bastante diferente. Por un segundo no recuerdo qué pasó o dónde estoy, hasta que miro a mi lado. Vincent, el hombre que me ayudó en la carretera está sentado a un lado de mi cama de hospital.Me incorporo tomando asiento, me han puesto un vendaje en los brazos donde tengo grandes raspones y tengo un suero pegado a la mano.No recuerdo muy bien qué pasó después de que él me subiera a su auto. Creo que me quedé dormida y me trajo hasta aquí.Ahora que está dormido ahí frente a mí puedo apreciar mejor su rostro. Sin dudas es un hombre muy guapo, no parece ser mucho mayor que yo, pero no podría estar segura.Parece que nota mi presencia, porque se remueve en el asiento y levanta la cabeza.—¡Oh! Has despertado —dice con una sonrisa.—No tenía que quedarse aquí, lamento mucho haberle causado tantas molestias —respondo con la voz rasposa.—¿Cómo pretendes que te dejase abandonada aquí sin más? Para nada. Y no necesitas ser tan formal conmigo.
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REFUERZOS
El camino hacia el lado del bosque donde dejé mi moto se me hace eternamente largo, y lo peor de todo es que, cuando consigo llegar al fin, no la encuentro en su sitio.El lugar está acordonado debido a que aun siguen con la búsqueda de la persona desaparecida. Por supuesto, sus esfuerzos son totalmente inútiles, nunca podrán encontrarlo, porque ya Enzo lo ha enterrado en el bosque.Me acerco a la policía para preguntar por el vehículo. Al verme enarcan una ceja con extrañeza. Sé que me veo mal, pero tampoco es para tanto ¿o sí?—Hola, había dejado mi moto aquí hace unos días, ¿la han visto? —pregunto con voz suave.Viéndome sin nada más de información que mi aspecto físico, nunca nadie sospecharía que soy una cazadora de lo paranormal. Soy bajita y delgada, todos dicen que tengo una carita de bebé. Eso me sirve como ventaja a la hora de atacar, porque nadie se espera que tenga la fuerza, o la astucia para hacerlo.—¿Tú eres la dueña de esa moto? —cuestiona el policía masculino. Guard
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CAZANDO AL LOBO
Hailey y tres cazadores más se acercan a la distancia, guiados por el cuervo que los trajo hasta mí.En el gremio solemos usar animales entrenados para detectar y buscar a los hombres lobo en la noche. Pasan mucho más desapercibidos que un dron o cualquier equipo tecnológico, y además lo llevamos haciendo durante generaciones.Hailey corre hacia mí y me abraza con fuerza.—¡¿Qué te pasó?! —Es lo primero que pregunta.Giro los ojos y volteo hacia otro lado, no quisiera tener que contestar esa pregunta.—Es algo largo de contar, ¿has traído todo lo que te pedí?—Sí, ropa, un celular y más cazadores.Oliver, Sam y Steve me saludan con la mano a la distancia. Los conozco desde hace un tiempo, pero nunca hemos sido tan cercanos. Sus métodos para cazar y los míos son demasiado diferentes como para llevarnos bien, así que solo nos toleramos.Tomo las cosas que me trajo y la jalo del brazo para alejarnos de esos tres un momento.—¿Por qué viniste con ellos? Pudiste haber traído a Ben o a Kevi
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EL BAR
Volver con el rabo entre las piernas me hace hervir de la ira. Es inconcebible que ese estúpido de Enzo me haya hecho esto. ¡Él debía quedarse ahí!«Claro, y dejarse atrapar y matar por ti, ¡cómo no!», responde al fondo de mi cabeza una voz en tono sarcástico.No puedo soportar las burlas del idiota de Sam a mis espaldas, pero me contengo de hacerle algo porque sé que llevo las de perder.Cuando llegamos de nuevo al hotel, me encierro en la habitación con un azote de la puerta. No quiero escucharlos más, ni tampoco lo que tiene que decir Hailey al respecto. Alisto mis cosas y me preparo para salir a buscarlo. Él me está siguiendo, así que no debería ser demasiado difícil.—Cyrene, ¿qué estás haciendo? —cuestiona.—Necesito salir de aquí.—No tienes que irte, era de esperar que no estuviesen ahí, pero con lo que vimos es suficiente como para que el gremio nos dé autorización para quedarnos.—Seguramente la manada ya está a kilómetros de aquí, quedarse sería una pérdida de tiempo —espe
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