El día pintaba bien, frío ya casi apuntando a la primavera, estaba feliz de comenzar un día más con la tienda llena, su ropa era un éxito, suspiró al ver a unas chicas jóvenes medirse diferentes faldas, recordó cuando tenía esa edad y se peleaba con coral por alguna prenda que le gustaba a las dos, como era de esperarse su prima ganaba la mayoría de veces, su carta fuerte era la manipulación, era una experta en ello y no tenía ni un ápice de remordimiento al admitirlo.— ¡Buenos días, mi nombre es Camelia! ¿le importaría atenderme un momento? —Maite arrugo el ceño y asintió no muy convencida.— Usted dirá — dijo sin mostrar algo de simpatía, la tal Camelia no le generaba confianza.— como ya sabe, el señor Malcom ha venido por su local, para él, es una espina molesta, pero yo he venido a salvarla, ¿qué le parece vendernos el local?, usted podrá seguir aquí, con lo que sea que venda aquí — dijo la mujer con profunda satisfacción en su rostro.La cara de Maite pasó del asombro a la irá
Leer más