(Koddel)Ella lo dijo sin pensarlo, sin detenerse, como una verdadera fiera que había estado enjaulada por mucho tiempo. No podía mirarla sin entristecerme, soportar tanto, no lo merecía y jamás podría recompensarla. Tenía un corazón de hierro, nada la doblegaba ni aun con todos los pronósticos en su contra. La amaba, podría hacer cualquier cosa por ella, incluso marcharme sin pertenencia alguna, olvidando las herencias que mis padres me dieron en legado.La sostuve entre mis brazos disfrutando el calor que me brindaba, era una sensación que jamás se apagaba, el deseo que tenía dentro por hacer que fuera mía para siempre. Una inmensidad dentro de sus ojos, los más hermosos del mundo para mí. Clara sonrió al terminar de decirme que no se retiraría, sino que, al contrario, pelearía con más fuerza.Me pidió que la dejara a solas por unos momentos para dormir, necesitaba con urgencia seguir descansando después de todo lo que había vivido. Tomé aire antes de cerrar la puerta, este lugar er
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