Capitulo 34. Parte I
Ahí está él... Sentado en un sofá de terciopelo rojo. No puedo creerlo. Al principio pienso que mi imaginación me está haciendo una mala jugada, aún no he podido aclarar del todo mi vista y fácilmente puedo estar creyendo ver su rostro en el de otra persona, no sería la primera vez que me sucede. Es por eso que decido acercarme con pasos muy lentos y cuando estoy a solo un metro de distancia, me doy cuenta que estaba en lo correcto, era él, era Salvatore, mi Salvatore, mi atractivo y obsesivo italiano. Sostiene en su mano izquierda un vaso de vidrio con alcohol, supongo que es whisky, y su diestra reposa sobre el espaldar del sofá, mientras mantiene su brazo estirado. Su cabello se ve más rebeldes que de costumbre y trae los primeros botones de su camisa desabrochados. Me resulta extraño verlo en esa pinta, él, que siempre anda impoluto. Precise en su semblante algo que me preocupa, pues tiene el aspecto de alguien que lleva días sin descansar bien… A pesar de todo eso, se ve
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