Derek accedió entrenar a Ariam. Él era duro, severo y exigente en su entrenamiento. Ari nunca había conocido a alguien tan implacable como él. A veces, había días en que pensaba que Derek estaba sacando lo peor de ella, pero luego se daba cuenta de que en realidad estaba sacando lo mejor de ella. Cada día, Derek la empujaba más allá de sus límites, y aunque se sentía tan agotada que muchas veces se sintió tentada en abandonar todo, pero luego recordaba a su pequeña, Dani. Recordaba cómo Haru había destruido su vida y la de su familia, y terminaba por darle el empuje que necesitaba y aguantar al troglodita de Derek. Así que continuó entrenando, con la única determinación firme que tenía en la vida, acabar con Haru.Una noche, mientras Ariam estaba profundamente dormida, de repente fue despertada por unos ruidos extraños en la casa. Se incorporó rápidamente y, sin hacer ruido, se deslizó fuera de la cama y se acercó a la puerta de la habitación. Cuando la abrió, se encontró cara a cara
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