—Por favor, solo… dilo de una vez—pidió Alexander, mientras acomodaba su corbata en el reflejo del ascensor.Aquel dia no le tocaba ir a la oficina, sin embargo, habia tomado la decisión de asistir con el fin de alejarse un poco de Bianca. Estar cerca de ella era tan doloroso como estar lejos, con la diferencia que en la cercania con su cuerpo el se sentía tentado a probarlo… nuevamente.Junto a el, Simon se mantenía con el rostro serio y los labios apretados, mirando el frente, como si deseara ignorar a su hermano en su totalidad.>—¿Y bien?—¿Qué quieres que te diga, Alec?—suspiro derrotado Simon, arrastrando su mirada hacia el millonario junto a el.—Lo que piensas, eso es justo lo que quiero saber.—No te va a agradar—respondio el chico de cabello tintado, con mirada cansada.—Jamas te preocupaste por eso… por favor, Simon, solo dimelo—pidió Alexander con un deje de preocupación en su voz.El ya sabia lo que Simon pensaba, lo que habitaba en sus pensamientos, pero dde igual maner
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