—Por favor, solo… dilo de una vez—pidió Alexander, mientras acomodaba su corbata en el reflejo del ascensor.Aquel dia no le tocaba ir a la oficina, sin embargo, habia tomado la decisión de asistir con el fin de alejarse un poco de Bianca. Estar cerca de ella era tan doloroso como estar lejos, con la diferencia que en la cercania con su cuerpo el se sentía tentado a probarlo… nuevamente.Junto a el, Simon se mantenía con el rostro serio y los labios apretados, mirando el frente, como si deseara ignorar a su hermano en su totalidad.>—¿Y bien?—¿Qué quieres que te diga, Alec?—suspiro derrotado Simon, arrastrando su mirada hacia el millonario junto a el.—Lo que piensas, eso es justo lo que quiero saber.—No te va a agradar—respondio el chico de cabello tintado, con mirada cansada.—Jamas te preocupaste por eso… por favor, Simon, solo dimelo—pidió Alexander con un deje de preocupación en su voz.El ya sabia lo que Simon pensaba, lo que habitaba en sus pensamientos, pero dde igual maner
Bianca se paseo por la casa de Alexander, aunque para ser precisa, mas que casa aquello era una mansión. Desde que habia llegado, no habia tenido el placer ni el tiempo suficiente para recorrer todo aquel lugar.Luego del que ahora disfrutaba con notable exceso.Alexander era un hombre elegante y sofisticado, no solo en apariencia, sino también en gustos. Cada detalle, cada mueble y adorno de aquella mansión habia sido pensada para denotar cierta belleza del mundo y ofrecerle al usuario el confort necesario luego de un agotador dia de trabajo en la oficina.La bella dama habia contado un total de cinco habitaciones totalmente equipadas con camas de dos plazas, roperos finos y baños privados. Todas y cada una de ellas estaba en total abandono.El millonario tenia empleados domesticos que mantenían todo en perfectas condiciones, sin embargo, desde que ella estaba allí no habia visto a uno solo de ellos.Bianca se encontraba perdida en sus pensamientos, imaginando todo lo que aquel lugar
La boca de Bianca se seco, mientras sentía como su respiración se volvía irregular.Ante sus ojos, la madre de Alexander acababa de exponer una considerable suma de dinero. Algo que le habría solucionado la existencia misma.Si Bianca aceptaba ese dinero, posiblemente podría pagar gran parte del dinero que le debia a Arrobin para ser liberada. Ella podría pagar su libertad.Pero si lo aceptaba traicionaría a Alexander.—Creo que malinterpreta mis intenciones con Alexander—dijo Bianca, con una leve sonrisa ladeada aflorando en sus labios.La mujer ante ella arrugo el ceño ligeramente, mientras arrojaba el sobre repleto de billetes sobre la mesa ratona que se exhibia ante ellas.Bianca no se movio un solo centimetro, mientras observaba con especial detenimiento lo que hacia aquella mujer.—¿Quieres mas dinero? Puedo darte mas… una casa propia, tan hermosa como esta… podrías ir a cualquier parte del mundo si asi lo deseas—incistio la mujer, con cierto matiz de frustración en su voz—. Tod
Franchesca paso una mano por su cabellera, alisando nuevamente su cabello, mientras observaba el reflejo que le ofrecia las ventanas semi espejadas del edificio.Ella aguardo con calma y paciencia a que Alexander saliera. Tal como habían arreglado.Aquella mujer estaba mas que perfecta, casi radiante, mientras sonreía satisfecha a la imagen que allí se imponía. El millonario caería ante sus pies, mas pronto que tarde.Sin embargo, ella no habia tenido en cuenta una cosa de suma importancia…—Buenos días, Franchesca—saludo Bianca con calma, unos pasos mas alejada de ella.Al instante, la chica perfecta se dio vuelta para observar a su rival. La sorpresa no demoro demasiado en sobreponerse en sus facciones.Si decía que Bianca era atractiva estaría mintiendo. Aquella mujer parecía salir de todo parámetro humanamente posible.Vestia pantalones de jean negros algo gastados, una remera blanca demasiado larga que se cubria con una campera de cuero negra.Las botas oscuras de caña baja logra
El ambiente se volvió tenso al instante, mientras todas las miradas se trasladaban hacia Alexander. En tan solo un instante, aquel momento incomodo se volvió aun mas incomodo de lo que ya era.Fue Franchesca la que parecio mas sorprendida de todos. Siendo Bianca la mas enfadada entre ellos.—¿Por qué no podría ir a acampar con Daniel?—pregunto ella, su voz sonando como el chasquido final de un latigo.—Porque nos vamos a casar—aclaro Alexander con los dientes apretados, sosteniendo su mirada con ferocidad.Bianca roto la mirada mientras liberaba un pequeño bufido.—¿Esa es tu excusa?—se quejo ella con el seño ligeramente fruncido—. Sera una boda falsa.Las mejillas del millonario ardieron ligeramente ante la vergüenza, mientras observaba con especial detenimiento a todos los allí presentes, en especial a la bella prostituta.Bianca tenia razón, ella estaba en lo correcto. Se iban a casar, pero no seria real… no del modo en que las parejas se casan.Y ellos lo sabían… Dan lo sabia.El
Bianca se subio a la motocicleta de Dan. El no espero un solo segundo antes de acelerar y salir del lugar a toda velocidad.La bella prostituta libero un grito ahogado, seguido de la risa que le genero el incremento de adrenalina, antes de aferrarse con mas fuerza al cuerpo de Daniel.Bianca se sorprendio de encontrar un cuerpo musculado debajo de aquella ropa, a fin de cuentas, el no parecía la clase de persona que se esforzaba por mantener un buen estado físico.Durante algunos segundos, la bella chica cerro los ojos, intentando soltar todos sus pensamientos conforme el viento frio besaba su cuerpo cálido.Dan, por su parte, no dijo una sola palabra al respecto, simplemente se limito a conducir a toda velocidad, sigsagueando entre los autos, mientras se alejaba mas y mas de la ciudad.Bianca jamás habia salido de allí, por lo tanto, conforme mas seguían avanzando, ella mas se maravillaba del mundo que existía fuera de la ciudad.—¿Te gusta?—pregunto Dan, alzando su voz para que fue
Alexander:El millonario se obligo a sonreir en respuesta a una broma que Franchesca acababa de decir. No es que sus chistes fueran malos, sino que su mente estaba demasiado lejos de allí como para prestar atención a una sola cosa que saliera de sus labios.—Alexander… ¿Estas aquí conmigo?—pregunto ella con tono delicado, sosteniendo su mirada.El millonario sintió un poco de vergüenza, mientras enderezaba su postura. Ya habían recorrido absolutamente todo el museo y no habia mucho mas que mirar, por lo tanto, la mente de Alexander se habia trasladado de manera inconsciente hacia una mujer.Una mujer que para su desgracia no lo acompañaba.—Si, claro que estoy aquí contigo—se apresuro a decir el, con una sonrisa tirando de sus labios, mientras sentía un deje de vergüenza en su corazón—. Es solo que pensaba en algunas cosas del trabajo.Franchesca asintió, chasqueando la lengua. No era una mujer tonta en lo absoluto, por lo cual fue capaz de notar la absurda mentira que el acababa de c
Las palabras le fallaron, mientras sostenia su mirada con cierrta expectativa.Daniel estaba tan cerca que casi podia sentir el calor de su cuerpo filtrándose hacia el de ella. Nunca habían estado tan cerca el uno del otro, jamás, ni siquiera en la motocicleta parecian estar tan cerca.Durante algunos instantes, Bianca tuvo la feroz convicción de que Dan la besaría, que el acortaría los pocos centímetros que los separaban y reclamaría sus labios con pasión.Pero no lo hizo.Dan jamás lo haría. El no la besaría sin su consentimiento.Aquel hombre acababa de abrir su corazón hacia ella, para ella, de un modo que nunca antes nadie lo habia hecho… a excepción de un hombre que ahora se perdia en sus recuerdos mas dolorosos.—Daniel, yo… no puedo—susurro ella con un hilo de voz, sintiendo como sus palabras quemaban al salir al exterior.—¿Es por Alexander?—pregunto con delicadeza Dan, sosteniendo su mirada con aquella calma tan calida.Si y no. Alexander era uno de los motivos por el cual e