Capítulo 34. Nuevas verdades
Arion salió con Eton, a Esparta, una ciudad ubicada a dos horas y media de Atenas, condujo mientras el niño iba en el asiento trasero, viendo a todos lados y haciendo preguntas de todo lo que veían a su paso.Cuando llegaron se dirigieron a Mystra directamente, el sector donde vivía su padre, se bajó en la dirección que le había dejado su madre, cuando llegó a la entrada dio su nombre, esperó varios minutos para que le permitieran la entrada.—Buenas tardes, por favor sería tan amable de anunciarme con el señor Felipe Galanis —saludó al mayordomo y este se sorprendió de tal manera, que le fue difícil simular su impresión, por el gran parecido con su jefe.—Si, señor, pase adelante mientras lo anuncio con el señor.Cinco minutos después lo pasó a un salón donde encontró a un hombre sentado en una silla de ruedas, cuando levantó la vista se quedó impresionado con el parecido entre ellos, tanto que no le quedó duda al mayor que se trataba de su hijo.—Eres hijo de… —antes de que pudiera
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