Arion sostuvo a Felipe mientras pedía auxilio, enseguida llegó el mayordomo quien llamó al número de emergencia, mientras Eton miraba asustado a su padre.—Tranquilo hijo, no te preocupes, todo estará bien —le dijo al pequeño para tratar de calmar su angustia.Para su alivio los paramédicos llegaron en pocos minutos y lo trasladaron en una ambulancia, Arion se fue detrás de ellos en el auto con su hijo, quien miraba con una expresión asustada, porque le recordaba cuando la mujer que lo crio se accidentó. —Papá ¿Ese señor es mi abuelito? —Si hijo, él es mi padre biológico —respondió Arion sin poder contener su preocupación.—¿Se va a morir como mi mamá? —preguntó con preocupación.—Espero que no mi amor, hay que pedir mucho para que eso no ocurra —pronunció el hombre, al mismo tiempo que se pasaba la mano por la cabeza en un gesto de desesperación.Cuando llegaron al hospital, él tomó la mano de su hijo, como no lo quería hacer correr, lo cargó entre sus brazos, y corrió al interior
Maya comenzó a llorar y a pesar a que su cuerpo estaba a punto de colapsar, agarró al pequeño Eton y lo pasó al asiento delantero mientras lloraba y gritaba enloquecida.—¡Mi hijo! Mi pequeño… ¡Ay Dios! Esto es un sueño, mi hijo vivo ¡¿Cómo fue posible?! —exclamaba la mujer entre sollozos.Entretanto Eton la miraba con miedo.—Papá ¿Ella es tu esposa? ¡Creo que se volvió loca! —habló con un tono de voz a punto de quebrarse.—Maya, por favor, tranquilízate lo estás asustando... ¡Cálmate mi amor! —le suplicó mientras se paraban a un lado de la calzada.—¡Es mi hijo! ¿Tienes idea de cuánto lo he llorado? ¿Cómo he sufrido y llenado mi corazón de odio por haberlo perdido? No te imaginas como mi corazón quedó destrozado, cómo perdí las ganas de vivir y si no hubiera sido porque días después supe que estaba esperando un bebé… —ella se calló al darse cuenta de lo que iba a decir, sin embargo, Arion ya se había dado cuenta de la verdad.—¡Escúchame! Debes calmarte, iremos a un hotel y hablarem
Maya sintió un zumbido en los oídos mientras escuchaba a su madre hablar.—¡No mamá! Por favor, dime que no se llevó a mi hija… por favor dime que es una broma, que estás mintiendo —el tono de voz de la mujer era desesperado, se dejó caer en el suelo queriéndose morir—. No, esto no puede estar pasándome a mí, ¡Él se la llevó! —se tiró al suelo mientras se jalaba los cabellos desesperados.Arion tomó el teléfono para hablar con la madre de Maya, quien no estaba en mejores condiciones que ella.—Señora, le habla Arion Aetón… por favor dígame todos los datos que recuerda ¿En qué auto andaban? ¿Cuántas personas eran? ¿Cómo andaban vestidos? Por favor, todos los datos que tengan pueden servir para dar con el paradero de la niña.—Yo debí seguirme resistiendo —sollozó la mujer.—¡Escúcheme bien! No es tiempo de lamentarse, por favor, respóndame las preguntas, es urgente, mientras más tiempo pase, más difícil será.La mujer empezó a detallarle todo lo ocurrido mientras Arion tomaba nota ment
Un poco más de cuatro horas después estaban llegando a Londres. Pero decidieron que no saldrían juntos, primero saldría Arion con Eton y luego saldría Maya cubriendo sus cabellos y rostro para que no pudieran identificarla, porque no sabían si Andrade los había mandado a vigilar y eso podría poner en peligro los planes trazados.Mientras aterrizaban en Londres, Arion mantuvo un fuerte apretón en la mano de Maya, no quería separarse de ella, aunque sabía que era necesario. Por su parte, ella estaba muy nerviosa, y su temor aumentaba al darse cuenta de todo el peligro que corrió durante todos esos años, no era fácil darse cuenta que la persona en quien confiaste y estuvo a tu lado y a quien dejaste a cargo incluso tus hijos fuera un criminal, un sicópata capaz de todo.Su cuerpo temblaba, sintió que su corazón se aceleraba mientras miraba por la ventana del avión la espesa lluvia que caía. Arion vio la ansiedad grabada en su rostro y la acercó, envolviéndola en un abrazo reconfortante.
Al abrir la puerta y entrar se dio cuenta de que el hombre tenía una radio encendida reproduciendo sonidos de Fénix llorando y hasta de un arma automática siendo accionada, mientras sostenía a la pequeña en los brazos con una expresión de maldad. —Hola, Maya, siento mucho haberte asustado… es que a Fénix le gustan los sonidos de su propio llanto y la de las armas… ¡Las adora! —exclamó con una sonrisa siniestra.Al ver su rostro, Maya sintió que las piernas le temblaban, no se podía sostener, por eso caminó casi a rastra hasta la cama mientras le pedía a la niña.—Por favor Andrade, dame a la niña —dijo en tono suplicante.—¿Qué pasa cielo? ¿Estás asustada? ¿No me digas que crees que soy capaz de hacerle daño a nuestra hija? —pronunció.De pronto Andrade tomó a la pequeña Fénix y la lanzó hacia arriba desafiando las leyes de la gravedad, ante los gritos desesperados de Maya y el llanto desconsolado de la pequeña.Atrapándola luego, ante una risotada que provocó un sudor frío en la esp
Arion frunció el ceño, se pasó las manos por la cabeza en un gesto de impaciencia.—No creo que sea buena idea que me presente, él me conoce, si logra descubrirme, voy a ponerlas en riesgo —respondió Arion con preocupación.—No te inquietes por eso, yo soy experto en los disfraces, te ayudaré de tal manera que cuando te pares frente al espejo no vas a reconocerte ni a ti mismo. Así que puedes escoger sin miedo —señaló Felipe con una sonrisa.Arion estaba preocupado, su cabeza estaba hecha un lío con un sinfín de preguntas, no entendía porque desde que conoció a Maya, todo tenía que ser siempre tan difícil. Era como si el universo entero estuviera en su contra. Y ahora resultaba que iba a tener que asistir a la boda de su esposa con Andrade, y fingir que todo estaba de maravilla antes de tirársele encima al tipo y molerlo a golpes por manipulador, porque por lo que había descubierto de él, le gustaba salirse con la suya.Lo pensó por un momento y estuvo claro, no podía perder la oportu
Arion caminó detrás de Andrade por los pasillos de la cabaña, el llanto de una niña llenaba el ambiente y el hombre sintió que su corazón brincaba en su pecho, debió luchar contra las ganas de salir corriendo a buscar a su hija, pero no podía porque ese error podía costarles la vida a los otros, pues no tenía idea de cuántos hombres tenía Andrade trabajando para él.Llegaron al salón donde se llevaría a cabo la ceremonia, el corazón de Arion dio un vuelco al ver a la pequeña acostada en un corral, sin colchón ni nada, con sus ojos llorosos y sus manos agarradas del barandal. Aunque intentó resistirse, no pudo hacerlo porque el instinto de proteger a su hija, era mayor.—¿De quién es esa hermosa bebé? —le faltaba solo unos pasos para llegar a ella antes de escuchar la voz severa de Andrade.—¡Deténgase padre!Arion respiró profundo, se giró lentamente hasta encontrarse con la mirada de Andrade, quien se quedó observándolo como si quisiera escudriñar en lo más profundo del hombre, por e
Felipe cuando vio la escena le disparó a Andrade y lo hirió. El hombre cayó al suelo, derrotado y herido. En ese momento Arion abrió los ojos y reaccionó, se acercó a él, sacando el arma que tenía entre la sotana y la apuntó hacia su hermano. El hombre intentó otra vez incorporarse, pero Arion lo derribó de nuevo al suelo con una patada, pues las balas que había disparado no le afectaron porque Felipe le había dicho que se colocara chaleco antibalas y estas, aunque lo lastimaron por el impacto, no lograron herirlo.Arion se quitó el chaleco mientras Andrade yacía en el suelo, pálido y temblando. Sus ojos se posaron en los de Arion, que lo miraba fijamente. En ese momento, el odio había desaparecido de sus ojos, solo quedaba el miedo. Y entonces supo que había perdido y Arion había ganado, eso desató en su interior unas inmensas ganas de hacerlo pagar.Con una mirada de puro odio en sus ojos, Andrade miró de soslayo a Arion y se mofó de él cruelmente.—¿Vas a matar a tu hermanito? —l