Un poco más de cuatro horas después estaban llegando a Londres. Pero decidieron que no saldrían juntos, primero saldría Arion con Eton y luego saldría Maya cubriendo sus cabellos y rostro para que no pudieran identificarla, porque no sabían si Andrade los había mandado a vigilar y eso podría poner en peligro los planes trazados.Mientras aterrizaban en Londres, Arion mantuvo un fuerte apretón en la mano de Maya, no quería separarse de ella, aunque sabía que era necesario. Por su parte, ella estaba muy nerviosa, y su temor aumentaba al darse cuenta de todo el peligro que corrió durante todos esos años, no era fácil darse cuenta que la persona en quien confiaste y estuvo a tu lado y a quien dejaste a cargo incluso tus hijos fuera un criminal, un sicópata capaz de todo.Su cuerpo temblaba, sintió que su corazón se aceleraba mientras miraba por la ventana del avión la espesa lluvia que caía. Arion vio la ansiedad grabada en su rostro y la acercó, envolviéndola en un abrazo reconfortante.
Al abrir la puerta y entrar se dio cuenta de que el hombre tenía una radio encendida reproduciendo sonidos de Fénix llorando y hasta de un arma automática siendo accionada, mientras sostenía a la pequeña en los brazos con una expresión de maldad. —Hola, Maya, siento mucho haberte asustado… es que a Fénix le gustan los sonidos de su propio llanto y la de las armas… ¡Las adora! —exclamó con una sonrisa siniestra.Al ver su rostro, Maya sintió que las piernas le temblaban, no se podía sostener, por eso caminó casi a rastra hasta la cama mientras le pedía a la niña.—Por favor Andrade, dame a la niña —dijo en tono suplicante.—¿Qué pasa cielo? ¿Estás asustada? ¿No me digas que crees que soy capaz de hacerle daño a nuestra hija? —pronunció.De pronto Andrade tomó a la pequeña Fénix y la lanzó hacia arriba desafiando las leyes de la gravedad, ante los gritos desesperados de Maya y el llanto desconsolado de la pequeña.Atrapándola luego, ante una risotada que provocó un sudor frío en la esp
Arion frunció el ceño, se pasó las manos por la cabeza en un gesto de impaciencia.—No creo que sea buena idea que me presente, él me conoce, si logra descubrirme, voy a ponerlas en riesgo —respondió Arion con preocupación.—No te inquietes por eso, yo soy experto en los disfraces, te ayudaré de tal manera que cuando te pares frente al espejo no vas a reconocerte ni a ti mismo. Así que puedes escoger sin miedo —señaló Felipe con una sonrisa.Arion estaba preocupado, su cabeza estaba hecha un lío con un sinfín de preguntas, no entendía porque desde que conoció a Maya, todo tenía que ser siempre tan difícil. Era como si el universo entero estuviera en su contra. Y ahora resultaba que iba a tener que asistir a la boda de su esposa con Andrade, y fingir que todo estaba de maravilla antes de tirársele encima al tipo y molerlo a golpes por manipulador, porque por lo que había descubierto de él, le gustaba salirse con la suya.Lo pensó por un momento y estuvo claro, no podía perder la oportu
Arion caminó detrás de Andrade por los pasillos de la cabaña, el llanto de una niña llenaba el ambiente y el hombre sintió que su corazón brincaba en su pecho, debió luchar contra las ganas de salir corriendo a buscar a su hija, pero no podía porque ese error podía costarles la vida a los otros, pues no tenía idea de cuántos hombres tenía Andrade trabajando para él.Llegaron al salón donde se llevaría a cabo la ceremonia, el corazón de Arion dio un vuelco al ver a la pequeña acostada en un corral, sin colchón ni nada, con sus ojos llorosos y sus manos agarradas del barandal. Aunque intentó resistirse, no pudo hacerlo porque el instinto de proteger a su hija, era mayor.—¿De quién es esa hermosa bebé? —le faltaba solo unos pasos para llegar a ella antes de escuchar la voz severa de Andrade.—¡Deténgase padre!Arion respiró profundo, se giró lentamente hasta encontrarse con la mirada de Andrade, quien se quedó observándolo como si quisiera escudriñar en lo más profundo del hombre, por e
Felipe cuando vio la escena le disparó a Andrade y lo hirió. El hombre cayó al suelo, derrotado y herido. En ese momento Arion abrió los ojos y reaccionó, se acercó a él, sacando el arma que tenía entre la sotana y la apuntó hacia su hermano. El hombre intentó otra vez incorporarse, pero Arion lo derribó de nuevo al suelo con una patada, pues las balas que había disparado no le afectaron porque Felipe le había dicho que se colocara chaleco antibalas y estas, aunque lo lastimaron por el impacto, no lograron herirlo.Arion se quitó el chaleco mientras Andrade yacía en el suelo, pálido y temblando. Sus ojos se posaron en los de Arion, que lo miraba fijamente. En ese momento, el odio había desaparecido de sus ojos, solo quedaba el miedo. Y entonces supo que había perdido y Arion había ganado, eso desató en su interior unas inmensas ganas de hacerlo pagar.Con una mirada de puro odio en sus ojos, Andrade miró de soslayo a Arion y se mofó de él cruelmente.—¿Vas a matar a tu hermanito? —l
Maya se dejó caer en la silla y lloró inconsolablemente, mientras Guido trataba de confortarla. —Lo estamos monitoreando de cerca y lo estamos tratando, pero necesitamos que nos ayude. Lo importante ahora es mantener la calma y orar —señaló la enfermera, y Maya sentía que su mundo se derrumbaba,—Esto debe ser una pesadilla… primero creí perder a mi hijo, sentí que el mundo se acababa… odié a todo el mundo, quería matar a Arion, lo odiaba con toda mi alma a pesar de lo que había sentido por él. Porque nos echó sin contemplaciones, me preparé para odiarlo y destruirlo y después descubro que mi hijo no murió, aún estoy celebrando y mi hija es secuestrada, cuando pienso que ya el momento de ser feliz ha llegado, le pasa esto a él… no quiero que se muera… daría todo lo que tengo por verlo bien. Me habló de sus niños de la Fundación ¿Qué quiso decir? —interrogó ella y Guido le empezó a contar.—Cuando creyó que su hijo había muerto por su culpa, se tiró al abandono, pero luego, decidió de
Al acabar de leer la carta, Maya se quedó en silencio, sintió una mezcla de emociones y sentimientos, llanto y alegría.Ella ya había tenido la confirmación de que no le había mentido cuando le dijo que se sentía en deuda con ella. Las últimas palabras la conmovieron profundamente.Exhaló un hondo suspiro, mientras sollozaba de emoción, de tristeza y de arrepentimiento y en el fondo trataba de luchar contra su miedo… no quería perderlo.Por un momento, su mente se quedó en blanco, tuvo que sostenerse y apoyarse en la mesa porque por un instante pensó que se desmayaría.Intentando recuperar la compostura, miró a los abogados.—Realmente, no sabía esto, tampoco sé que hacer ¿La empresa no está en riego?—No, el señor Arion se encargó de todo, los contactos, las supuestas contrataciones y toda la información que lograron recabar los espías en un 90% fueran falsas. No hay ningún problema con la empresa, no tiene por qué preocuparse —dijo el abogado con tranquilidad.—¿Y la información en
—Maya, deja a nuestro hijo… no es que me prefiera a mí, sino que está preocupado por mi salud y porque no me había visto ¿Verdad hijo?—Si es eso… te he extrañado mucho papá, ya quiero que regresemos a tu casa los cuatro, mi hermanita muy linda, mi mamá, tú y yo —le dio un beso a su padre y después se giró hacia su madre y la abrazó provocando una inmensa alegría en ella.—Yo también quisiera irme, no me gusta la idea de estar acostado aquí, sin poder ir a algún lugar —respondió Arion y Maya protestó.—Lástima que no podrás irte hasta que estés bien —pronunció ella acercándose y abrazándolo.Conversaron un rato más con el pequeño Eton hasta que lo fueron a recoger, pero el niño se fue molesto porque se quería quedar con ellos y Arion debió convencerlo.—Debes irte a cuidar de tu hermana Fénix, además, de quedarte aquí puedes contagiarte de algún virus y enfermarte, entonces te dejarían aquí y no podríamos jugar cuando yo salga.Ante las palabras de su padre, el pequeño aceptó irse y e