El caso de Carmina resultó ser algo muy común, con la única salvedad de que se trataba de un embarazo múltiple, pero, por lo demás, tenía todos los ingredientes que enmarcar un caso de exigencia de la cuota de manutención de los pequeños. —Y es que, aunque mi familia me ayuda, y no solo a cuidarlos, sino también con algunos de los gastos, no creo que sea justo que él sí esté gastando el dinero que recibe solo en lo suyo, sin hacer ningún aporte para sus hijos —dijo Carmina después de explicarle a Valeria las generalidades del caso.—Eso es cierto, Carmina, pero dime, ¿él reconoció a los pequeños, o tampoco ha hecho eso? Carmina levantó los hombros.—En el momento del registro, después de que nacieron, yo quise que incluyeran el nombre del padre, pero el notario me dijo que, como él no estaba presente y no podía firmar, no iba a incluir ningún nombre —explicó Carmina—. Si quería que su nombre apareciera, como el padre de los tres pequeños, debía iniciarle un proceso de paternidad. V
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