La roca arcoíris se atenuó en su pecho, poco a poco sentía su calor enfriándose. Se le llenaron los ojos de lágrimas a la científica mientras caía de rodillas y golpeaba la tierra.—¿Dónde están todos?—no podía entender—. ¡Vengan por mí!Lo gritó, sin embargo nadie respondió.—Bien, si nadie vendrá por mí, yo iré por ellos—se levantó, dispuesta a emprender una carrera lo más rápido y fuerte posible—. Cómo dice Sorma, si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma.Emprendió la carrera como si su vida dependiera de ello, lo cual no estaba tan alejado de la realidad, porque si algo le pasaba a Emerson, a su manada…No se lo perdonaría nunca, no tendría más ganas de salir adelante.Las voces de los guardias estaban más cerca, la voz del guardia encargado de ella, específicamente. Kary miró por encima de su hombro y los vio a todos avanzando hacia ella, con el sudor chorreando por sus rostros preocupados. Y fue entonces cuando lo sintió, el cambio absoluto de la presión atmosférica,
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