Sigo caminando por la sala donde tenemos los muebles modulares y el tv plasma y logro identificar una carcajada. Era la misma risa escandalosa de Alek, se ríe durísimo a más no poder. Si él estaba en casa me alegraría bastante, tenía mucho tiempo sin ver a mis hermanos. Entre al comedor y allí estaban todos. Mis padres, cada uno sentado al extremo de cada mesa. Mi hermano Alek con su esposa, Marion, a un lado de la mesa. Y al otro lado Alessandro y su novia, Olivia. Solo quedaban dos asientos libres, el mío y que debería ser de mi futura pareja, como siempre me dice mi padre mitad en broma y mitad en serio. -¡Alissa!-Grita Alek apenas me ve. Se para y va casi corriendo a donde estoy yo para abrazarme y levantarme en sus brazos.-Mi princesa hermosa, amargada, gruñona e insoportable como te extrañe, mi vida. Cuando me baja yo solo lo abrazo y le lleno la cara de besos. -Ve a ver si te afeitas esa barba, me pica muchísimo.-Le di
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