Inicio / Romántica / Prometo enamorarte / Capítulo 31 - Capítulo 40
Todos los capítulos de Prometo enamorarte : Capítulo 31 - Capítulo 40
78 chapters
Capítulo 30
Nosotros estábamos en la misma cama y podía ver de reojo que Astrid veía en un punto incierto, me puse de lado y la mire mientras apoyaba mi cabeza en mi mano. — Un penique por tus pensamientos — ella rió y se puso en la misma posición que la mía — ¿Qué tanto piensas y que te angustia? — No estoy angustiada en este momento, solamente pensaba en que extrañaba mucho estar en esta casa, siento que por fin algo es mío de cierta forma y no lo tengo gracias a mi familia. A veces vivir en este mundo que muchos sueñan realmente se vuelve una pesadilla, solamente encuentras personas que ven cómo sacar provecho de la situación. — Te entiendo más de lo que crees, por suerte no todos son así y creo que en cierto punto de tu vida lo vas a comprobar en caso de que no lo hicieras en este momento. — Ya lo hice, tengo buenas amistades que me ayudaron sin saber quién era realmente — ella sonrió con dulzura — también tú de cierta forma te acercaste a mí cuando no sabías que era la heredera de los Sal
Leer más
Capítulo 31
La psicóloga me escuchó atentamente e incluso me dió un vaso con agua, aún me dolía hablar de la muerte de Gabrielle y me sentía demasiado culpable con esto. — Así que se siente culpable por el suicidio de su hermana — yo asentí — ya veo, supongo que si se hubiera encontrado ahí nada de esto hubiese pasado. — ¿Disculpe? — me mostré sorprendido — ¿Sabe qué? Creo que no fue buena idea venir, si me disculpa tengo que irme. Salí del consultorio y la primera persona que miré fue Astrid, ella se levantó asustada al verme, no pensé en nada más que en ir a abrazarla y sus brazos me recibieron con calidez. — ¿Qué sucede? Pensé que ibas a demorar un poco más — sus manos sujetaron mi rostro y me miró preocupada — ¿Estás bien? Te miré entrar tan decidido que incluso llegué a la conclusión de que estarías al menos media hora ahí dentro. — Esto fue una mala idea, creo que lo mejor es irnos. Por favor Astrid, estar aquí me asfixia demasiado y los recuerdos con Gabrielle están en este momento mu
Leer más
Capítulo 32
Fue de esta manera que dejé de pegarme y mis manos fueron al cuerpo de Astrid, ella se pegó aún más a mi cuerpo y la levanté sin ningún esfuerzo. Nos fuimos a la cama entre tropezones y finalmente la miré con deseo. — Eres preciosa — mis ojos la vieron con deseo — ven aquí. La tomé nuevamente, ella no opuso ninguna resistencia y sus manos se fueron nuevamente a mi cuerpo; empezó a desabotonar mi pantalón y después siguió con mi camisa. Deslizó sus manos en mi abdomen mientras yo la desnudaba. — Por un demonio — gruñí en el momento que Astrid tomó mi miembro — ten calma cariño, llevo un tiempo fuera de forma. — Entonces deja que yo te guíe — ella se puso de rodillas y me besó — solo déjate llevar y disfruta el momento. Astrid me lanzó a la cama, ella se quitó la ropa interior y dejó en evidencia un cuerpo con las medidas perfectas, tomó mi miembro entre sus manos y comenzó a masturbarme; gruñía desesperadamente y cuando le iba a pedir que me montara fue que sentí su boca descender
Leer más
Capítulo 33
Nathan se dió cuenta que algo estaba sucediendo y que quería evitar a Ilán, me esperó entonces aceleré el paso para estar a su lado y deslicé mi mano debajo de su brazo; pude ver de reojo que mi persecutor se detuvo y se dió vuelta para ir a la habitación.— Puedes ser tan amable en decirme qué benditos está pasando entre ustedes dos, es evidente que huías de él como si fuera el diablo.— Ya sabes, problemas maritales — me reí y lo empujé — deja de ser una vieja chismosa, dime qué benditos tengo programado para hoy.Los compromisos de hoy eran interminables, a buena hora decidí no perder el tiempo con Ilán, tendría que reunirme con los de la junta directiva que era en conclusión ver a un grupo de veteranos que se creían la última soda del desierto. Estaba en la sala revisando mi celular cuando escuché el cacaraqueo de Oreo, al salir miré que una de las empleadas la estaba sosteniendo para matarla.— ¡Nooooooo! — Oreo corrió a mí al verme — ¿Qué haces? Ella es mi mascota, no es para la
Leer más
Capítulo 34
Ilán empezó a acariciar mi espalda y me cargó en sus brazos hasta la habitación, ahí miró mi ropa y sonrió.— Cuenta qué fue lo que le pasó a Oreo — él limpió con sus dedos mis lágrimas — pero trata de controlarte, de nada va a servir que estés llorando y hables.Le conté todo a Ilán, él sonrió y después fue a buscarme un camisón para que me cambiará. Se acurrucó conmigo en la cama y mientras estábamos así mi celular sonó.— ¿Qué sucede, Parker? — él habló con tranquilidad — oh, ya veo; bueno no te preocupes demasiado y muchas gracias por avisar.Colgué y le dije a Ilán que el bar no abriría esa noche, él deslizó su brazo por debajo de mi cabeza y me acurruque como si fuera un pollito debajo del ala protectora de su madre. No, por favor no lo hagas Astrid, solamente vas a sufrir una tras otra vez.— ¿Por qué eres así? — hablé en un susurro triste — de repente estamos bien y luego estamos mal, no te entiendo Ilán y siento que si continúas de esta forma solamente vas a lograr romperme e
Leer más
Capítulo 35
Astrid se mantuvo completamente tranquila y estuvo lejos de ponerse como loca a maldecir a esos viejos hipócritas, una sonrisa cínica surgió en sus labios y miró a los hombres de tal forma que ellos se asustaron por completo e incluso pude ver como uno de ellos sudo helado.— Si ya han terminado de su cacaraqueo pues supongo que me toca a mí hablar — ella se levantó y se puso como si fuera una leona — en este momento consideren sus acciones vendidas y las voy a comprar yo, lo que haga o deje de hacer en mi vida personal es muy mi problema, nadie, escuchen bien, ¡Nadie tiene que meterse en las decisiones que tomó en el aspecto íntimo! Si los demás están hablando cosas de mí pues me importa muy poco, espero que no se resistan a vender tal cosa porque si me quieren como mala pues me van a tener como mala.— ¿Y qué piensas hacer, chiquilla? — el viejo sonrió de forma cínica — no me hagas reír, tú no eres nadie para amenazarnos de tal forma, reconoce el valor que tienes.— Y eso es lo que
Leer más
Capítulo 36
Nosotros entramos sin que nos importará el hecho de que la prensa hacía miles de preguntas relacionadas con nuestro supuesto enlace matrimonial. Llegamos a la oficina de la difunta señora Sallow y fue en ese momento que Astrid soltó mi mano.— Te agradezco lo que hiciste pero ahora las habladurías van a aumentar — ella resopló cansada — ahora la prensa no va a estar solo detrás de mí sino también de ti.— No te preocupes que no soy un niño indefenso, además no es como si no estuviera acostumbrado al acoso de la prensa — hice un mohín de descaro — ellos ni siquiera me dejaron pasar la pérdida de Gabrielle en completa paz, siempre había alguno detrás de mí buscando una historia más trágica de la que ya había; en fin, es algo que ya hice y no hay vuelta atrás.— Te lo agradezco, quiero hablar un momento a solas con Nathan de algo relacionado con esta situación, luego te cuento.Me sentí un poco mal al ver que Astrid no me tenía la suficiente confianza como para decir las cosas delante de
Leer más
Capítulo 37
— Es cierto que tu sueño de ser padre fue frustrado por las cosas que pasaste, pero estoy muy segura cuando te digo que esos hijos que deseabas tener era con Gabrielle y no conmigo o con otra mujer. No nos hagamos tontos, sabes bien que lo que estoy diciendo es la pura verdad.— No puedes asegurar eso de tal forma, escucha Astrid un hijo siempre va a ser un hijo y no creas que no me alegraría ser padre — él tomó mis manos — siempre lo he querido después de todo.— No pienso experimentar contigo, una cosa es que seamos un falso matrimonio y otra muy diferente es que llevemos el papel a este punto. Un hijo es algo bastante delicado y te digo que no pienso jugar con tal cosa, sería demasiado injusto para esa criatura tener padres que no se aman y que lo tuvieron porque uno de ellos quería cumplir el sueño de ser padre con una mujer que amaba y porque la otra fue permisiva al aceptar esto por no dar un simple no.— Pero Astrid, no vamos a saber si esa criatura va a ser infeliz, ¿Acaso no
Leer más
Capítulo 38
Mi tía apartó sus ojos porque sabía bien que tenía la razón pero Angelique no miró esto, ella se enfocó en mirarme con un desprecio tan grande que me empezó a sofocar a un punto insoportable sin embargo eso desapareció en el momento que Ilán puso sus manos en mis hombros entonces volví a alzar la cabeza y a sentir ese alivio que solamente sentía con él.— Muy bien, mañana quiero que se levanten temprano ya que vamos a ir al hotel y será su primer día de trabajo — pusé mi mano en la de Ilán que aún se mantenían en mis hombros — no quiero que trasnochen o piensen que van a tener un trato preferencial solo porque son mi familia, las enseñaré a que el trabajo no mata sino que dignifica a la persona.— Espera un momento — mi tía miró a Ilán — ¿Este tipo sigue viviendo aquí? ¿Quién es para meterse en los asuntos de la familia Sallow?— No sé si la calle te dejó con indicios de alzheimer pero te recuerdo que él tiene todo el derecho tanto a vivir aquí como a meterse en los asuntos familiares
Leer más
Capítulo 39
Mi tía al escuchar la bocina dió un brinco y maldijo por todo lo alto, ella no deseaba ir a trabajar como lo había pedido el día de ayer así que llamé a dos empleadas que llegaron de inmediato. — Quiero que tomen las cosas que acomodaron de mi tía y las vuelvan a empacar, ella no va a seguir viviendo en mi casa porque simplemente yo no tengo perezosas aquí dentro. — ¡¿Qué?! No puedo creerlo Astrid, te recuerdo que soy tu tía y yo también tengo sangre de los Sallow, no me puedes estar corriendo cada vez que se te antoje todo por no cumplir tus caprichos. — No te preocupes tía que no volveré a correrte porque ya no te voy a volver a admitir en mi casa, un error que cometió mi abuela fue facilitarle las cosas haciendo que fueran unas perezosas y buenas para nada; pero te informo que yo no voy a hacer eso, van a ganarse no solo el alojamiento sino también lo que van a comer, se acabó eso de andar gastando un dinero que no les costó y creerse las dueñas del mundo. — Muy bien — ella se l
Leer más