Nathan me miró sorprendido por lo que le había dicho, pensé que tomaría la noticia de otra forma pero al parecer me equivoqué. — ¿Acaso hay algún problema conmigo? — No es eso, por mí estaría encantada en que siguieras trabajando a mi lado, pero también comprendo que no eres un asistente personal sino un abogado que viene siendo director de un colegio, y, y, y… ¿Sabes qué? Olvida lo que te pedí, puedes seguir con tu puesto, pienso pagarte tus honorarios y no es algo que se encuentra a discusión. — Muy bien, entonces me encargaré de las cosas que me has pedido. Si no tienes nada más que pedir pues me retiro. — Quiero irme a la mansión, hay algunas cosas pendientes ahí y pues me siento cansada. Mañana vendré a ver qué otras irregularidades cometió tanto mi tía como el hombre de confianza de tu abuelo, sinceramente me da asco ver una actitud así. Salí del hotel rumbo a la mansión, mientras iba en el camino de la nada salió una gallina y un perro que la perseguía; frene de golpe y mi
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