Escuché como los pasos de Ilán se volvían rápidos y luego un sonido seco de la puerta cerrándose inundó mis oídos, al levantar con precaución la vista fue que miré que estaba completamente sola. Tomé a Oreo entre mis manos y después lo fui a poner en un cajón vacío. — Hola — Ilán entró a la habitación ya vestido — lo siento, no sabía que vendrías a mi cuarto y estaba a punto de bañarme. — Ahora es nuestro cuarto — me lancé en la cama de mi abuela — resulta ser que al ama de llaves se le ocurrió que sería una buena idea o lo más normal que durmieramos juntos, de hecho no tiene nada de ilógico pero esto aplicaría en el caso que fuéramos un matrimonio verdadero. — Por un demonio, con razón encontré ropa de mujer en el clóset. Pensé que ocupaban esto para dejar prendas que casi no usabas y jamás imaginé que fuera por ese detalle — Ilán se sentó en el borde de la cama — creo que debemos buscar la forma para que ninguno termine siendo visto de la forma que nos hemos visto en este día. —
Bajé del helicóptero con ayuda de Ilán y entramos al enorme edificio mientras éramos custodiados por el personal de seguridad. Llegamos hasta el garaje donde se almacenaban miles de coches y en el trayecto pude ver una caja fuerte tan imponente que daba miedo verla. — Ilán — me abroché el cinturón — ¿Qué es lo que hay en esa caja fuerte que estaba de paso? ¿No te da miedo tenerla tan a la vista. — En esa caja hay prendas que no se encuentran en exhibición para todo mundo debido a que son demasiado costosas para las personas comunes, generalmente se hace una subasta anual en la que vienen gente exclusiva y a la que se le hace llegar una invitación para que puedan asistir. No me da miedo tenerla a la vista porque es imposible que alguien venga a querer robar, solamente yo puedo ingresar al sitio y este se encuentra a prueba de bombas, balas, fuego y cualquier otra cosa que pueda destruirla, está hecha de titanio puro después de todo. Ilán manejó hasta el bar de Parker, seguía procesan
Nosotros estábamos en la misma cama y podía ver de reojo que Astrid veía en un punto incierto, me puse de lado y la mire mientras apoyaba mi cabeza en mi mano. — Un penique por tus pensamientos — ella rió y se puso en la misma posición que la mía — ¿Qué tanto piensas y que te angustia? — No estoy angustiada en este momento, solamente pensaba en que extrañaba mucho estar en esta casa, siento que por fin algo es mío de cierta forma y no lo tengo gracias a mi familia. A veces vivir en este mundo que muchos sueñan realmente se vuelve una pesadilla, solamente encuentras personas que ven cómo sacar provecho de la situación. — Te entiendo más de lo que crees, por suerte no todos son así y creo que en cierto punto de tu vida lo vas a comprobar en caso de que no lo hicieras en este momento. — Ya lo hice, tengo buenas amistades que me ayudaron sin saber quién era realmente — ella sonrió con dulzura — también tú de cierta forma te acercaste a mí cuando no sabías que era la heredera de los Sal
La psicóloga me escuchó atentamente e incluso me dió un vaso con agua, aún me dolía hablar de la muerte de Gabrielle y me sentía demasiado culpable con esto. — Así que se siente culpable por el suicidio de su hermana — yo asentí — ya veo, supongo que si se hubiera encontrado ahí nada de esto hubiese pasado. — ¿Disculpe? — me mostré sorprendido — ¿Sabe qué? Creo que no fue buena idea venir, si me disculpa tengo que irme. Salí del consultorio y la primera persona que miré fue Astrid, ella se levantó asustada al verme, no pensé en nada más que en ir a abrazarla y sus brazos me recibieron con calidez. — ¿Qué sucede? Pensé que ibas a demorar un poco más — sus manos sujetaron mi rostro y me miró preocupada — ¿Estás bien? Te miré entrar tan decidido que incluso llegué a la conclusión de que estarías al menos media hora ahí dentro. — Esto fue una mala idea, creo que lo mejor es irnos. Por favor Astrid, estar aquí me asfixia demasiado y los recuerdos con Gabrielle están en este momento mu
Fue de esta manera que dejé de pegarme y mis manos fueron al cuerpo de Astrid, ella se pegó aún más a mi cuerpo y la levanté sin ningún esfuerzo. Nos fuimos a la cama entre tropezones y finalmente la miré con deseo. — Eres preciosa — mis ojos la vieron con deseo — ven aquí. La tomé nuevamente, ella no opuso ninguna resistencia y sus manos se fueron nuevamente a mi cuerpo; empezó a desabotonar mi pantalón y después siguió con mi camisa. Deslizó sus manos en mi abdomen mientras yo la desnudaba. — Por un demonio — gruñí en el momento que Astrid tomó mi miembro — ten calma cariño, llevo un tiempo fuera de forma. — Entonces deja que yo te guíe — ella se puso de rodillas y me besó — solo déjate llevar y disfruta el momento. Astrid me lanzó a la cama, ella se quitó la ropa interior y dejó en evidencia un cuerpo con las medidas perfectas, tomó mi miembro entre sus manos y comenzó a masturbarme; gruñía desesperadamente y cuando le iba a pedir que me montara fue que sentí su boca descender
Nathan se dió cuenta que algo estaba sucediendo y que quería evitar a Ilán, me esperó entonces aceleré el paso para estar a su lado y deslicé mi mano debajo de su brazo; pude ver de reojo que mi persecutor se detuvo y se dió vuelta para ir a la habitación.— Puedes ser tan amable en decirme qué benditos está pasando entre ustedes dos, es evidente que huías de él como si fuera el diablo.— Ya sabes, problemas maritales — me reí y lo empujé — deja de ser una vieja chismosa, dime qué benditos tengo programado para hoy.Los compromisos de hoy eran interminables, a buena hora decidí no perder el tiempo con Ilán, tendría que reunirme con los de la junta directiva que era en conclusión ver a un grupo de veteranos que se creían la última soda del desierto. Estaba en la sala revisando mi celular cuando escuché el cacaraqueo de Oreo, al salir miré que una de las empleadas la estaba sosteniendo para matarla.— ¡Nooooooo! — Oreo corrió a mí al verme — ¿Qué haces? Ella es mi mascota, no es para la
Ilán empezó a acariciar mi espalda y me cargó en sus brazos hasta la habitación, ahí miró mi ropa y sonrió.— Cuenta qué fue lo que le pasó a Oreo — él limpió con sus dedos mis lágrimas — pero trata de controlarte, de nada va a servir que estés llorando y hables.Le conté todo a Ilán, él sonrió y después fue a buscarme un camisón para que me cambiará. Se acurrucó conmigo en la cama y mientras estábamos así mi celular sonó.— ¿Qué sucede, Parker? — él habló con tranquilidad — oh, ya veo; bueno no te preocupes demasiado y muchas gracias por avisar.Colgué y le dije a Ilán que el bar no abriría esa noche, él deslizó su brazo por debajo de mi cabeza y me acurruque como si fuera un pollito debajo del ala protectora de su madre. No, por favor no lo hagas Astrid, solamente vas a sufrir una tras otra vez.— ¿Por qué eres así? — hablé en un susurro triste — de repente estamos bien y luego estamos mal, no te entiendo Ilán y siento que si continúas de esta forma solamente vas a lograr romperme e
Astrid se mantuvo completamente tranquila y estuvo lejos de ponerse como loca a maldecir a esos viejos hipócritas, una sonrisa cínica surgió en sus labios y miró a los hombres de tal forma que ellos se asustaron por completo e incluso pude ver como uno de ellos sudo helado.— Si ya han terminado de su cacaraqueo pues supongo que me toca a mí hablar — ella se levantó y se puso como si fuera una leona — en este momento consideren sus acciones vendidas y las voy a comprar yo, lo que haga o deje de hacer en mi vida personal es muy mi problema, nadie, escuchen bien, ¡Nadie tiene que meterse en las decisiones que tomó en el aspecto íntimo! Si los demás están hablando cosas de mí pues me importa muy poco, espero que no se resistan a vender tal cosa porque si me quieren como mala pues me van a tener como mala.— ¿Y qué piensas hacer, chiquilla? — el viejo sonrió de forma cínica — no me hagas reír, tú no eres nadie para amenazarnos de tal forma, reconoce el valor que tienes.— Y eso es lo que