Asthon se desvió de casa, no volvería pronto, en lugar de eso, fue a un café. Ese día había decidido contarle a sus padres que sabía toda la verdad, que conocía su origen verdadero, resultando una falacia pesada que se desmoronó sobre él.Pero no tenía el valor necesario para hacerlo, le costaba mucho encontrar la determinación. Animado por Olivia no sé daba por vencido, la joven a cada rato le recalcaba que tenía que sincerarse. —Oh, lo siento mucho —soltó al tropezar con una mujer, ella era alguien joven y de abundante cabello. —No te preocupes —emitió sin enfadarse por el incidente, Asthon inevitablemente conectó con sus ojos, a ella le pareció familiar. Tal vez solo la estaba confundiendo con alguien más. —¿Nos conocemos? —curioseó antes de que un tipo alto hizo acto de presencia colocándose al lado de la fémina, claramente posesivo —. De seguro no, con permiso. La mujer alcanzó a leer la inscripción de su uniforme, por eso se quedó congelada y su prometido ya le preguntaba s
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